Consultorio De Familia

Consultorio De Familia

Pregunta del lector:

Cuando inició la cuarentena pensé que sería difícil estar encerrado en la casa con toda la familia y que me desesperarían con los gritos de los niños. No asimilaba bien la idea de permanecer mucho tiempo junto a mi pareja. Sin embargo, con el paso de los días me he percatado de que me he acostumbrado. ¿Es normal?

Respuesta de la terapeuta:

Creo que la mayoría de las personas pensaba que el aislamiento social y el toque de queda les resultarían difíciles de sobrellevar.
En primer lugar, implicaba un cambio prácticamente drástico de rutinas en el hogar y en las pautas interpersonales con cada miembro de la familia. Además, significaba asumir hábitos laborales y sociales a los que no estaban acostumbrados.
Las reacciones estuvieron mediatizadas por el miedo a un virus desconocido para el que no se preveía cura ni tratamientos eficaces ni de posibles vacunas.
Al inicio, era de esperar que muchas personas se sintieran ansiosas y temerosas pero conforme pasa el tiempo se asumen las medidas recomendadas por la Organización Mundial de la Salud (OMS) y esto da paso a una disminución de los temores.
El grado de ansiedad y el temor son tolerables. Se logra mejor control de la situación quedándose en casa y se asume con mayor responsabilidad el autocuidado.
Asimismo, se supera la preocupación por quedarse en casa a tiempo completo, aunque predominan muchos prejuicios e ideas erróneas de lo que representa para un hombre permanecer en la casa. Es lo primero que debe superar.
El temor a quedarse en casa con la pareja y los hijos refleja el grado de distanciamiento asumido por el estilo de vida impuesto, pues las agendas laboral y social de muchos hombres suelen ser intensas.
Si se cambia la forma de pensar respecto a la pareja y a los hijos, también lo hace la forma de relacionarse. La actitud deja de ser aprensiva, hostil y distante.
Es una gran oportunidad para que todos se reencuentren, se redescubran, observen la bondad de cada uno y se pierda el temor a estar emocionalmente cercanos.
Así como existen idealismos en torno a la familia, también encontramos muchas distorsiones respecto a la relación de pareja y la vida familiar.
Ya que logró adaptarse a la convivencia, ahora le corresponde disfrutarla y dar lo mejor de sí para dejar huellas emocionales imborrables.

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