Consultorio de Familia

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Soraya Lara de Mármol

Pregunta de la lectora:

Pasar tanto tiempo junto a mi pareja en estos días de cuarentena y toque de queda me han servido para darme cuenta de que mi pareja no me ama. Se ha mostrado frío, distante, me ignora y, si le hablo, apenas me contesta. ¿Cree que tiene otra mujer?

Respuesta de la terapeuta:

La situación emocional por la que atraviesas es lamentable y dolorosa, sobre todo porque, en las actuales circunstancias, se tienen altas expectativas respecto a la relación.
La aceptación, el reconocimiento, el afecto y la validación como persona son vitales para la sobrevivencia en la relación de pareja.
No sentirse querida, reconocida y tomada en cuenta lastima y provoca tristeza. Además, aumenta la tensión emocional y el distanciamiento.
Como una consecuencia de percibirse ignorada y no amada aparece la frustración.
Independientemente de la posibilidad de que tenga otra relación amorosa, con su conducta demuestra que no tiene interés en usted ni en preservar una relación armoniosa, estable y de respeto.
La cultura ha condicionado por miles de años a la mujer para que sostenga el matrimonio, al margen independientemente de la calidad de la relación, el número de hijos, el maltrato al que es expuesta y si su pareja es infiel.
La pareja es una unidad interpersonal que se define a partir de reglas universales explícitas e implícitas que guían la interacción de cada uno de manera espontánea, comprometida con la fidelidad, la lealtad y el acoplamiento emocional.
Las explícitas son las que se verbalizan con claridad y dejan claramente establecido lo que espera uno del otro. Las implícitas son las esperadas, imaginadas, deseadas, fantaseadas e idealizadas pero que no se expresan.
Si las reglas universales no son satisfechas aparecen la frustración, el desencanto y el enfriamiento afectivo. Gradualmente, se da paso al distanciamiento y el grado de compromiso emocional disminuye.
La madurez emocional, la autoestima y la identidad cultural de cada uno como persona incidirán en la forma de relacionarse y en la proyección de los planes como pareja a corto, mediano y largo plazo.
Si las desavenencias, los conflictos acumulados no se resuelven, se harán crónicos, lo que acrecienta el malestar emocional.
En este caso, pueden ocurrir dos cosas: una, que se adapten a este tipo de convivencia y mantengan el status quo.
Dos: separarse y replantearse la vida.
Ambos se merecen una vida plena.

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