Consultorio De Familia

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Soraya Lara de Mármol

Pregunta del lector: Una niña que salga a la calle vestida con un pantalón de licra y con una blusita por encima del ombligo es una provocación, por eso pueden violarla. Para que esto no ocurra, los padres pueden ser un muro de protección no vistiéndola de esa manera. ¿Qué usted opina?

Respuesta de la terapeuta: Difiero de sus comentarios. No existe justificación alguna para los casos de violación, mucho menos si se trata de menores de edad.
En primer lugar, quiero comentarle sobre las distorsiones cognitivas que hasta hoy han prevalecido como parte de la cultura patriarcal en un gran segmento de nuestra población. Sin duda, también en otros países.
¿A qué me refiero cuando hablo de distorsión cognitiva? Son formas erróneas de interpretar la realidad. Parten de creencias, posiblemente ancestrales, que justifican, normalizan, minimizan y niegan los hechos de violación sexual. Pondré algunos ejemplos de cada una de las distorsiones en torno a las violaciones a menores.
Justificación: “Es la forma de vestir, pantaloncitos cortos y apretados y blusa con la barriga afuera”.
Normalización: “Ellas son las que provocan a los hombres”.
Minimización: “Pudo haber sido peor”. “Es un caso aislado”.
Negación: “Eso es un invento de las feministas”.
Quisiera incluir otros ejemplos, pero por razones de espacio no puedo. Lo importante es dar a conocer que existen creencias que tienden a culpar a las niñas, a las adolescentes y a las mujeres de provocar al agresor-violador.
Otras distorsiones cognitivas le quitan responsabilidad al agresor, por lo que existen una tendencia social a dirigir los ataques hacia las familias y las víctimas.
Si observamos con espíritu crítico, nos daremos cuenta de que ante cualquier descuido, el agresor-violador queda impune.
También debemos considerar el carácter de enfermedad que se les atribuye a estos delitos.
En primer lugar, en el Manual de los Criterios Estadísticos de los Trastornos Mentales (DSM-5) estas conductas clasificadas como enfermedades. Las violaciones sexuales y los distintos tipos de violencia ejercida por la pareja sí están tipificadas como delitos, y las leyes y convenciones internacionales así lo establecen.
Espero que usted se sume a la revisión de las creencias en torno a estos tipos de violencia y pueda sumarse a los reclamos dirigidos a la psicoeducación contra esta violencia y a favor de la educación sexual.
Todo el peso no debe recaer solo en la familia.

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