Pregunta del lector: Soy un hombre de más de 80 años. He reflexionado sobre los resultados de mi vida y la relación con mis hijos. Algunos de ellos han expresado que no tienen nada que agradecerme. Son distantes y no se preocupan por mí. ¿Qué puedo hacer para acercarlos y disfrutar de ellos en esta etapa?

Respuesta de la terapeuta: Cuando las personas adultas mayores reflexionan acerca de su vida y los resultados fruto de las inversiones en el entorno familiar, asaltan dudas y preocupaciones por lo que no se hizo y por las decisiones tomadas.

Reconocer el pasado es un punto de partida para crear una nueva experiencia con miras a lograr un mayor bienestar y cercanía familiar. Concentrarse en lo que pudo ser y hacer, no tiene sentido, porque todo tiempo pasado ya no existe.

Lo valioso es replantearse lo que se puede hacer para lograr los propósitos deseados.

Autores de la terapia familiar, dentro de sus contenidos, comentan sobre el merecimiento y la retribución de los padres de parte de los hijos por los méritos ganados.

Cuando hablan del mérito adquirido, se refieren a las inversiones realizadas por los padres en los hijos, como son las conductas de cuidados, protección, seguridad, confianza y orientación provistos durante el proceso de crecimiento y desarrollo.

En la medida en que los hijos perciben la presencia física, los abrazos, los consejos, el buen trato, el acompañamiento y las necesidades básicas de alimentación, educación y salud, se contabilizan y se les asigna un valor emocional.

Si algunas de estas no se cumplieron porque se carecía de los recursos necesarios para suplirlas, pero predominaron el cariño, el cuidado, la cercanía y la acogida, entre otros; los hijos lo valoran y, en función de ellos, establecen un entramado de lealtad que los une por encima de algunas privaciones.

Coordine con alguien de confianza un encuentro con sus hijos para que pueda expresarles sus reflexiones y sus intenciones de estar cerca en esta etapa de su vida. Si les explica con claridad y expresa sus sentimientos es probable que pueda ocurrir algún cambio.

Mantenga la actitud optimista que favorezca el alcance de su anhelo.

Es probable que sus hijos no estén en la misma sintonía emocional, pero su gesto trasciende el pasado para recrear un futuro inmediato junto a ellos.

Cree la oportunidad.