Pregunta del lector: Todos estamos atravesando por tiempos difíciles como consecuencia de la pandemia. Hemos perdido familiares y parejas, trabajos, negocios y todavía padecemos de angustia ante un futuro que parece ser incierto, por lo menos durante un año más. ¿Qué nos aconsejaría?

Respuesta de la terapeuta: Usted describe una realidad que afecta a millones de personas en el mundo.

Como la pandemia persiste, la economía seguirá estancada o no crecerá de manera significativa, los contagios continuarán y familiares queridos serán afectados, de modo que debemos hacer esfuerzos para preservar la salud física y mental.

El compromiso con el autocuidado adquiere preponderancia; no se puede posponer, hay que asumirlo como una conducta de responsabilidad vital. La salud mental impacta en la salud física, en consecuencia, una enfermedad física incrementa la probabilidad de deterioro mental.

Hay que declararse resiliente día a día como un acto de amor propio, voluntad, fe y compromiso con la vida.

Se debe mantener una actitud empática hacia los que también tienen las mismas preocupaciones; fortalecer la red de apoyo social para compartir momentos agradables aun sea a través de la modalidad virtual.

Respecto a los sentimientos o emociones que le generen sensaciones, actitudes o comportamientos negativos y desagradables, hay que evitarlos e incrementar los positivos.
Cuando converse con sus amistades no se concentre solo en los aspectos desesperanzadores, es preferible invertir en hablar sobre las habilidades y fortalezas que ha desarrollado en este tiempo.

Trate de concentrarse en fortalecer su espiritualidad y desarrollar actividades que favorezcan el fortalecimiento de su yo y su conexión con un ser superior que le proteja e ilumine para encauzar su vida favorablemente.

El optimismo se aprende. Hay que desarrollar las habilidades para ver la vida con una perspectiva favorable.

El doctor José Miguel Gómez, en su libro Claves para vencer las adversidades (2020), refiere que el optimista es el protagonista de su propio “yo”, que afronta las dificultades con alegría, y que tiene la capacidad de crecer en los obstáculos.

Además, asevera que los optimistas nunca se culpan, saben que es mejor aceptar, que existen situaciones que circunstancialmente no les favorecen, sin embargo, tienen la valentía para seguir hacia adelante.

El mismo autor, en su libro ¡Más vale prevenir que lamentar! señala la importancia de: “Prevenir, evitar, cuidar, proteger, organizar o estar preparados para afrontar un riesgo”.