Pregunta de la lectora: Este año ha sido doloroso para mí, he sufrido pérdidas de familiares muy queridos. Es una sensación de tristeza profunda que no sabría cómo superar. Espero su orientación.

Respuesta de la terapeuta: Estar expuestos a la pandemia por tanto tiempo y con pocas probabilidades de que desaparezca en lo inmediato, genera una gran incertidumbre y sensación de incontrolabilidad de la situación.

La percepción de incontrolabilidad, la exposición a las noticias catastróficas, ver a parientes en situaciones de extrema vulnerabilidad y a otros que han fallecido, son experiencias que aumentan el riesgo de experimentar un trauma.

Para superar la afección psicológica se requiere de un proceso de integración gradual de la experiencia y la regulación de las emociones. La comunicación clara y abierta facilita la adaptación. Permite asumir el funcionamiento cotidiano con normalidad porque fortalece la condición de contar con una red de apoyo.

El aislamiento, no conversar sobre lo sucedido y lo que siente aumenta el malestar psicológico y los pensamientos se vuelven rumiativos en torno a la misma experiencia, sin llegar a una solución productiva, lo que impide una adaptación funcional.

Es un error reprimir el dolor, ¿sabe por qué?, porque se convierte en sufrimiento dado que se repite una y otra vez el acontecimiento como si estuviera ocurriendo en ese momento. Es lo que se conoce como la reexperimentación del hecho traumático.

Le sugiero buscar una persona de confianza con quien hablar sobre lo que le pasa. Asegúrese de que esa persona le haga sentir segura. Mantenga el apoyo hasta que recobre su bienestar y la confianza en sí misma.

Procure que su familia le garantice una estructura de apoyo, funcionalidad, estabilidad y cuidados protectores. No se sienta inferior por hacer tal solicitud, en algún momento todos necesitamos de este tipo de apoyo para recobrar la fuerza psicológica y emocional.

Pese al malestar y las preocupaciones que experimenta, trate de usar el humor para desintoxicarse un poco. Manifieste lo que está sintiendo de manera asertiva y centrada en expresar sus pensamientos, sentimientos y preocupaciones respetuosamente.

Escuche con atención a los demás, no para que la convenzan sino para que le sirva de reflexión. Compare las ideas de las otras personas con las suyas, no para plegarse a ellas, sino para reflexionar y valorar la actitud que asumirá.
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