Consultorio de Familia

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Soraya Lara de mármol

Pregunta del lector: ¿Es cierto que todos los niños maltratados serán maltratadores o que tendrán daño psicológico para toda la vida? ¿Hay alguna oportunidad para cambiar?

Respuesta de la terapeuta: Las generalizaciones son riesgosas dado que dejan fuera las excepciones. Muchos niños, cuando se convierten en adultos, hacen de las experiencias dolorosas una oportunidad de aprendizaje.

Los teóricos del apego aseveran que es suficiente que un menor de edad cuente con una sola figura de apego seguro para que puedan desarrollar su personalidad integrada y su resiliencia.

Los menores de edad aprenden a resistir y rehacerse ante la adversidad familiar, social e individual. Prefiero no tener una actitud sentenciosa.

Durante el proceso de crecimiento, los niños pueden abandonar su rol de víctimas y darle una resignificación a sus vidas cuando encuentran a una persona que auténticamente los acepte, los valore y les haga ver la trascendencia de estar vivos y con un futuro por delante.
Esa persona ejercería la función de amortiguador ante el riesgo y la vulnerabilidad.

Primero, le ayudaría a enfrentar el estrés emocional relacionado con lo que les sucede. Segundo, le ayudaría a vencer los obstáculos que se les presenten. Tercero, sería artífice para que el niño aprenda a tener relaciones interpersonales funcionales y significativas.

Por supuesto, hay situaciones que podrían elevar el estrés interno, aunque el niño sea resistente al estrés situacional, pues podría sucumbir aun sea de manera temporal.
Ahora bien, si el niño vive en una situación de riesgo permanente, como por ejemplo, en un contexto familiar con pautas violentas (dominio-sumisión), de incesto y pobreza, y sin embargo, no presenta patología, estamos frente a un menor que no es vulnerable.

Estos niños tienen un buen nivel de ajuste y de adaptación social y capacidad para afrontar positivamente las situaciones de riesgo. Lo evitan ante situaciones que expongan sus vidas y desarrollan la autoprotección como parte de su estructura psíquica.

Por supuesto, los niños, adolescentes y adultos que no posean esas características, las pueden aprender y potenciarlas para lograr el cambio y convertirse en personas resilientes, superar la adversidad, dejar atrás la vulnerabilidad, y desarrollar actitudes y habilidades de afrontamiento ante el estrés de la vida cotidiana.

Dada su reflexión, está en un buen momento para lograr los cambios que le parezcan oportunos y que le favorezcan. Su vida se enriquecerá y disfrutará de la experiencia de ser mejor persona.

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