Consultorio de Familia

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Soraya Lara de Mármol

Pregunta del lector: Reconozco que durante la pandemia he estado muy ansioso y con dificultad para conciliar el sueño. No logro sentirme tranquilo. Me gustaría leer sus comentarios.

Respuesta de la terapeuta: La pandemia no solo ha traído consecuencias en la salud física de las personas, sino también en la salud mental y en la alteración en los patrones de adaptación social.


Durante casi un año se ha estado sometido a presiones externas, no tan solo a la covid-19, sino también a las medidas de emergencia sanitarias como el toque de queda, distanciamiento social y limitaciones para movilizarse libremente, medidas austeras pero necesarias, que han separado a los familiares y a las amistades cercanas, como estrategias para controlar los contagios y fallecimientos.


En la primera fase, el desconcierto fue bastante considerable. Los médicos y los científicos no encontraban una explicación a la enfermedad, no sabían cómo detener los fallecimientos ni tenían la cura. La noticia corría por todo el mundo sin un hálito de esperanza.


Desde ese entonces se activaron e incrementaron el nivel de estrés, ansiedad, síntomas severos de depresión y, en muchos casos, los intentos o suicidios consumados. Las emociones y sentimientos se desbordaron como consecuencia de la incertidumbre, las muertes, negocios cerrados y empleos perdidos.


Al inicio de la pandemia hubo una paralización temporal de los servicios de salud mental, hasta tanto se desarrollaran protocolos con los que todos pudieran sentirse a salvo.


Las personas sabían que estaban ansiosas, que no podían dormir, con sensación de asfixia, percepción de falta de control y el temor a morir, sin tener a dónde recurrir durante aproximadamente dos meses. Los servicios de salud mental no estaban disponibles para la población general.


Además, no podemos perder de vista que no todas las personas muestran disposición para buscar atención psicológica, otros creen que pueden manejar los síntomas y que estos desaparecerán solos, sin tomar en cuenta la gravedad del malestar.


El ser humano, en su evolución, no estaba listo para soportar un estrés fuerte por un período de casi un año, quizás, con espacios breves de descanso por los avances de la ciencia, los tratamientos y las vacunas.


Ahora bien, continuamos bajo los efectos de la pandemia y es necesario buscar alternativas que contribuyan con la salud mental.


Consulte con un especialista de la salud mental que le ayude a superar el malestar.

Envíe sus preguntas a
soraylacaf@hotmail.com

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