Consultorio De Familia

Consultorio De Familia

Soraya Lara de Mármol

Pregunta del lector: Mis amigos me atacan porque dicen que soy un “mamita” y me he dejado gobernar por mi pareja. Creen que cuido a mis hijos porque me los impone para controlarme y que no salga con ellos. ¿Qué puedo decirles para que dejen de molestarme? Lo hago porque quiero hacerlo.

Respuesta de la terapeuta: No todos los hombres jóvenes se encuentran en el mismo grado de compromiso que usted en la crianza de los hijos.

Los más mayores crecieron en una cultura predominantemente machista, en la que pocos participaban activamente en la crianza de los hijos. Estos entendían que era una tarea propia de las madres, que su actividad básica era proveer económicamente para ofrecer seguridad a la familia.

Desde tiempos remotos, los hombres tenían otras atribuciones como ir la guerra, tener una vida pública y política, mientras que las de las mujeres consistían en cuidar a los hijos, el marido y la casa. Incluso, ellas no podían estudiar ni participar en la política y mucho menos tener una vida socialmente activa.

Los cambios sociales acaecidos en las últimas décadas han sido de gran beneficio para la familia. Las mujeres han ocupado las aulas, muchas desempeñan funciones importantes en las empresas e instituciones públicas, lo que ha conllevado que los padres se involucren más con los hijos. Esto ha facilitado que ambos se apoyen y puedan continuar con sus funciones fuera de la familia.

Se puede apreciar en la sociedad dominicana un acercamiento más íntimo de los padres jóvenes con sus hijos. Participan de las actividades escolares, salen a las plazas a pasear con ellos e incluso participan en las consultas médicas.

Los rituales familiares con la inclusión del padre fortalecen el sentido de pertenencia, no tan solo para los hijos, sino para la pareja.

Es un reto para usted mantenerse en contacto con sus amigos sin que las opiniones de ellos lo perturben. Su compromiso familiar ha de estar por encima de todos los comentarios que hacen con el fin de que usted abandone su involucramiento.

Lo importante es que pueda mantenerse en su rol parental decidido. No se preocupe por responderle ni justificarse. Escúchelos y simplemente exprese que usted así quiere hacerlo. Su firmeza le hará llegar el mensaje con claridad.
Cuando sus hijos sean adultos le retribuirán por el mérito ganado.

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