Sicóloga, Terapeuta familiar
Pregunta de la lectora: Soy madre de 2 hijas con edades de 18 y 21 años. Estoy preocupada. No han tenido novios. Tengo mucho temor, porque los hombres hoy en día han adoptado una actitud que no logro asimilar. Si no aceptan ir a la cama las dejan o rechazan. Ellas son cristianas, están congregadas. No quisiera ver que se enamoren y sufran una frustración que las marque y desistan de formar algún día una familia. Cuando intento tratar algún tema de este tipo, e incluso sexual, me frenan y me dicen: Mami, sabemos todo eso. Me ponen barreras, pero lo que deseo es advertirles, que estén preparadas mentalmente para enfrentar estas situaciones.Estoy angustiada.
Respuesta de la terapeuta: Por la respuesta de sus hijas, parece que están muy informadas de lo que usted intenta seguir transmitiéndoles. Le están dando a conocer que tienen el conocimiento que usted insiste en transmitirles.
Es una forma de poner límites a sus temores y angustias. Su excesiva información parece traer una respuesta contraria a la que usted espera.
Si ellas han recibido una buena orientación sexual por usted y la religión, es posible que tengan alternativas para enfrentarse a su propia sexualidad. Ambas experiencias pueden ser factores de protección cuando aparezca la circunstancia.
No se afane creyendo que les evitará una frustración a sus hijas. No siempre pueden los padres prevenir el dolor, se aprende de las propias experiencias.
El que tengan una decepción amorosa no necesariamente implica una frustración para el resto de sus vidas, y mucho menos negarse a formar una familia.
Sea cautelosa en la transmisión de su preocupación, porque usted puede transmitir tanto miedo que decidan no tener novios por los temores suyos como madre, antes que por los propios.
Quizás terminen siendo leales a usted, y para no frustrar a su madre o decepcionarla eviten enamorarse; porque, pensarán, sin estar enamoradas es un problema, ¿y qué será cuando tengamos novios?
Su fantasía de daño quizás nunca ocurra. Está construyendo de la sexualidad un fantasma al que hay que temer. El sexo como una figura de miedo o rechazo constituye un problema.
Permítales la oportunidad de aprender a discriminar en su elección de pareja, cuidarse sexualmente y demostrarle a usted que aprendieron bien la lección.
Son adultas jóvenes, con capacidad de decisión y elección.