Sicóloga, Terapeuta familiar
Pregunta Lector: Hace dos años  me separé de mis  padres. Vivíamos en una finca. Mi papá fue encargado. Fue vendida. Mi familia tuvo que irse a vivir a otro pueblo.  Quedamos sin empleo. Me casé para  seguir  estudiando. Mi madre  sufre mucho, se siente sin familia a pesar de que vive con mis dos hermanos. He propuesto que venda dos casas  pequeñas que  tiene alquiladas  para comprar otra donde estudio. Vivo con mis suegros, no nos llevamos bien. No piensa usted que mi papá cometió un error dejándome en el aire, y llevando  mi familia a un lugar nuevo después de haber vivido durante  20 años en La Vega.

 Respuesta de la terapeuta: Eventos como la pérdida de trabajo generan tensión en la familia por las decisiones y reestructuraciones que acompañan dicho acontecimiento. Algunos padres toman decisiones sin involucrar a todos los miembros para plantear el problema y escuchar opiniones. Consideran que su decisión es la más acertada.

Quizás en el sistema de creencias de su  padre versa la idea de que  es “cabeza de familia” y lo que decida es lo más conveniente. Es una forma de pensar  que afecta a todos los miembros de la familia. Es muy probable que haya tomado esa decisión, no para hacer daño, sino como salida rápida al problema que se le presentó.

Podría haber pensado que como usted es un adulto joven podría asumir responsabilidad por y para sí mismo, además, de que” eres varón”. En nuestra cultura se entiende que “los hombres son fuertes y pueden sobrevivir solos”. Fíjese cómo usted decidió casarse e irse a vivir con sus suegros. Encontró alternativa. Creo que su padre apostó a que usted tendría recursos personales para seguir adelante. 

Tomar la decisión de casarse e irse a vivir con sus suegros fue algo rápido. No  evaluó el impacto que esto también tendría para usted, su novia y sus suegros. Dados estos  movimientos familiares recomiendo aceptar la situación hasta que encuentren otras alternativas. Refuerce positivamente la relación con sus suegros que le han acogido y apoyado.

Cuando hay mudanzas después de tantos años cambian también las amistades, las actividades sociales, rutinas, rituales sociales y familiares. Cuando un hijo se separa rápidamente, crea sensación de soledad.

Quizás a su padre le cueste vender sus propiedades, representa seguridad económica después de haber perdido el empleo.