CONSULTORIO DE FAMILIA

CONSULTORIO DE FAMILIA

Sicologa, Terapeuta familiar
Pregunta del lector:
Me pasa lo siguiente: chateo con mujeres que no conozco por Internet. Las veo y les pido que se desnuden. Yo también lo hago. Me masturbo. Me encanta ver como las llevo al límite del placer. Compro DVD. Uso estimulante sexual. ¿Cree que mi problema es grave? ¿Quién me puede ayudar?

Respuesta de la terapeuta: Si usted reconoce que está frente a una conducta sexual inadecuada está listo para buscar ayuda. 

Le sugiero visitar un terapeuta sexual  para que reciba la ayuda adecuada. El especialista revisará toda su historia sexual desde temprana edad. Enfocará su sistema de creencias respecto a la sexualidad, mitos culturales, códigos familiares. Podrá darse cuenta de las motivaciones  que subyacen ante estas conductas.

El auge de la tecnología, navegar por el ciberespacio  es una herramienta que le permite hurgar en todas sus curiosidades sexuales, sin límites, sin temor a ser descubierto. Al estar en casa en un lugar reservado para usted, se expone más a la curiosidad de transgredir lo que antes había imaginado.

Pienso que ha habido una sustitución de los lugares para obtener placer. Hace tres décadas se salía de la casa a lugares donde los hombres disfrutaban de las mujeres.

Hoy se tiene la misma oferta a través del Internet y sin gastar un solo centavo fuera de casa.

Este tipo de actividad sexual la está realizando  a través de las teclas y pantalla del computador.

El vínculo o lazo afectivo no entra en juego. Su placer está centrado en usted mismo; placer narcisista que subyace; disfruta en saber que usted es capaz, por este medio, de “llevar al límite” a la otra persona,  como una experiencia que  infla su  ego.

Quizás, su conducta sexual aislada, desvinculante, en vez de llenarlo, lo hace sentir vacío, insatisfecho, por lo que suele recurrir a otras experiencias como DVD pornográfico, estimulantes sexuales, ciberespacio, entre otros. El uso de la computadora para esas experiencias sexuales no es suficiente.

Abandonar esta práctica sexual tomará su tiempo. En cambio, el involucramiento y permanencia en la terapia podría ayudarle.

Comience a evitar estar a solas con su computador. Prométase que no continuará esta práctica. Deshágase de las pornografías. Borre las personas que tiene en su chats. Involucre su pareja para afrontar esta situación, de modo que le apoye en la terapia.

Su decisión es  importante.

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