CONSULTORIO DE FAMILIA

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Pregunta del lector: Conozco una pareja. A mi entender, él tiene mejor autoestima que ella. Tiene mejor trabajo, se ve más inteligente,  tiene relaciones importantes. Ella tiene un trabajo que le gusta mucho, pero gana menos. No tiene relaciones importantes como su pareja, ¿Puede una persona con alta autoestima convivir con una pareja con baja autoestima?

Respuesta de la terapeuta: La autoestima no depende necesariamente de un buen trabajo, fama o dinero que tenga la persona. Esto puede contribuir a fortalecerla.  La autoestima es más que eso.

Quien conoce lo esencial de la autoestima se centra más en ser mejor ser humano. Su meta trasciende lo material, aunque reconoce el bienestar económico como importante, pero, no se deja atrapar por ello.

La autoestima o madurez puede favorecer el alcance de propósitos relevantes porque los tiene muy claros, como por ejemplo   un estupendo trabajo. Lo ve como un medio para vivir con calidad, no como un medio de conquista social y poder.

Valora la calidad en las relaciones, antes que llenarse de amigos superfluos.

Durante el proceso de enamoramiento la pareja va descubriéndose y conociéndose, compartiendo el sistema emocional e intelectual. Ambos, de manera espontánea, aceptarán al otro porque  comparten el mismo nivel de autoestima.

Es difícil que ocurra una elección mutua en sujetos con niveles extremos de autoestima o madurez emocional.

Una persona con sentido de grandiosidad, de llamar la atención en todos los escenarios, no dejando que su pareja u otros tengan los mismos niveles de participación, refleja de ese modo su pobre autoestima.

La pareja que opera de igual forma en la intimidad de la  relación, no dejando espacio para el otro, haciéndole sentir de menor valía por su sentido distorsionado de sí mismo como superior,  haciéndole creer  que es mejor, más inteligente y con mayor capacidad de ganar más dinero, pone en entredicho su autoestima.

Una persona con alta estima de sí mismo no minimiza ni desvaloriza  su pareja. Todo lo contrario, contribuye al crecimiento del otro. Resalta las buenas cualidades y talentos del otro. Está convencida de que su pareja es un ser humano que opera en su mismo nivel de madurez emocional y acepta las diferencias individuales.

Sabe estar íntimamente relacionada, con sentido de pertenencia en la relación, sin asfixiar ni intoxicar al otro con  egocentrismo, Acepta las diferencias individuales y crece en ellas.

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