CONSULTORIO DE FAMILIA

CONSULTORIO DE FAMILIA

Sicologa, Terapeuta familiar
Pregunta de la lectora:  Una amiga  me presentó un chico. Desde que me vio  quedó flechado. Me invitó a bailar. No ha perdido el contacto. Me llama. Me despierta con mensajitos. Estoy sintiendo algo por él.  No sé si me estoy adelantando. No quiero que mi corazón vuelva sufrir. Quiero darme una oportunidad de conocerlo más. Me  pidió que fuera su novia y acepté. Es trabajador y creo que también es una persona honesta. Tengo miedo por la relación tan tormentosa que tuve. No quiero que se repita porque sé que me va a hacer mucho daño de nuevo.  ¿Debo seguir conociéndolo o hice mal en darme una oportunidad sin terminar de sanar viejas heridas?

Respuesta de la terapeuta: Todo ser humano tiene derecho a una segunda oportunidad. Dada la circunstancia, la elección ha de ser más concienzuda y crítica. A las relaciones se va, además de estar enamorada, con razón.

El enamoramiento es divino para quien lo está viviendo, da la sensación de felicidad y plenitud. Las hormonas encargadas del enamoramiento como las endorfinas, feromonas y oxitocina aumentan. Estas sustancias trastornan a las personas enamoradas, se vuelven apasionadas y se convierten en adictos a la relación. Aparecen las llamadas  insistentes, se buscan, se besan y abrazan sin darse cuenta de lo que ocurre a su alrededor. Lo desafían todo.

En el enamoramiento se genera más oxitocina. Esta varía los niveles de testosterona en hombres y mujeres.   La dopamina y la serotonina se disparan. La ansiedad se reduce cuando se ve  al ser amado.

La mala noticia es que parecen tener una fecha de expiración. Por eso hay que volver a la razón. Es por esto que muchas personas que han tenido una mala experiencia en la relación anterior buscan rápidamente, y sin pensarlo mucho, entran en la relación nueva que le provoque esa sensación de felicidad que resulta tan agradable. Mientras usted disfrute del enamoramiento sea cautelosa, observe y escuche a su enamorado. Explore sus cualidades, sus valores, sus creencias y su estilo de vida. Reflexione y revise cautelosamente cómo fue su relación pasada, qué le llevó a la separación, cuál era su estilo de relacionarse con su pareja anterior. Esto le ayudará a no dar las mismas respuestas con su pareja actual. Generalmente, recomendamos a las parejas separadas o divorciadas tomarse un tiempo de reflexión para no repetir malas experiencias.

Sea cautelosa en el amor.

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