CONSULTORIO DE FAMILIA

CONSULTORIO DE FAMILIA

Sicóloga, Terapeuta familiar
Pregunta lectora: Vivo en Estado Unidos con mis hijos. Han tenido dificultad para adaptarse al país. Los valores nuestros son distintos a los de aquí. Esto me trae inconvenientes  con mis hijos. Espero sus comentarios.

Respuesta de la terapeuta: La emigración trae cambios significativos en la familia porque implica ajustarse a una nueva cultura,  idioma, clima, distanciarse de amigos, del barrio, de los rituales diarios y celebraciones familiares importantes.

Este proceso exige de buenos mecanismos de adaptación. Se requiere de mucha orientación en el período de transición de una cultura a otra. Hay que  preparar con antelación a los hijos cuando se va a emigrar. Socializar con ellos cómo se vivirá en esa otra cultura, qué está permitido y qué no.

Influirá en la conducta de los chicos la movilidad social, si pasarán a un estilo de vida y ambiente  como el que tenían o irán a uno menos confortable. Desarrollar habilidades para manejarse con el entorno será importante.  La adquisición del idioma para comunicarse y nutrirse de la nueva cultura a la que se llega es vital para lograr la inserción al nuevo sistema.

Los padres también juegan un papel valioso  ayudando a los hijos a desarrollar destrezas para el ajuste socio – cultural. Si los padres no logran dar el salto para insertarse al sistema, a pesar de llevar años viviendo allí, sus hijos confrontarán problemas para lograrlo. Su estilo de vida no se ajusta a lo que demanda la cultura. Se da una especie de contradicción: vivir en una cultura distinta pero sin vivir en ella, sin integrarse a ella.

La emigración también influirá en las relaciones parentales. Suele darse una confusión en el uso de la autoridad parental. Se debate entre el estilo de  la sociedad adoptante o la de origen.

Conforme los hijos van creciendo y asumiendo esta nueva cultura irán demandando de los padres otro modelo de relación, de disciplina y otra perspectiva de la vida, con el agravante de que, si  los padres no modifican su sistema de creencias para hacer los ajustes que ya han ido haciendo los hijos, se  podría crear una confrontación cultural padres-hijos.

Lo importante es buscar orientación en el  país adoptado para que le ayude a una mejor integración familiar. Esto, en cambio, no implica necesariamente renunciar a los valores esenciales de su cultura de origen.

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