CONSULTORIO DE FAMILIA

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Sicologa, Terapeuta familiar
Me parece que el comentario de un  lector acerca de su artículo de la semana pasada  ha sido  sexista.  El lenguaje usado es radical. He conocido mujeres que no pueden sostener relaciones duraderas con nadie y se criaron con su madre y padre.  Interesante sería entrar en el mundo emocional y relacional en esa familia de origen, olvidándonos si tenían nanas, padres, madres disponibles para llenar las necesidades básicas de las etapas de desarrollo físico y emocional.

 Estoy de acuerdo con usted,  el pensamiento del mundo moderno hace que las mujeres nos veamos de una forma diferente y por ende proyectemos  ser competentes en todas las áreas de la vida. 

Respuesta de la terapeuta: Cuando hablamos de lo femenino y lo masculino  no podemos perder de vista a Simone de Beauvoir, quien con la publicación de  su obra “El Segundo sexo” (1949), devela y cuestiona la asignación de  roles de género como relaciones de poder en que la mujer ha estado subordinada, sujeta al hombre.

Desde entonces, las feministas y posfeministas han venido impactando en el pensamiento de las mujeres y hombres intentando pautar nuevas construcciones de roles de géneros para ambos.

Las mujeres quieren ser mujeres, no quieren parecerse al hombre. Las feministas apuestan  a convertir la sociedad en unisex, donde seamos iguales. Pero no todas las mujeres aceptan esta posibilidad. Ellas están más interesadas en su autorrealización y gozar del derecho a la sexualidad sin la exclusiva función reproductora.

Es cierto lo que usted plantea, las mujeres actuales se ven totalmente distintas a las de hace 30 años, manifiestan un gran ímpetu  en dar a conocer que pueden ser competentes siendo mujer y sin perder las características que las definen como tales, manteniendo sus roles de género.

Existe una realidad biológica que nos distingue tanto al hombre como a la mujer, lo que en consecuencia nos traerá comportamientos distintos. A pesar de los roles de género asignados por la cultura, tenemos una biología que predetermina algunos comportamientos.

La eliminación de roles de género posibilita la deconstrucción de las desigualdades en las relaciones de pareja, pero a la vez, va creando una fragilidad en los vínculos que las fortalecen. El rol de la mujer y el hombre está atravesando por cambios  que invitan a una nueva definición de la masculinidad y feminidad.

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