Pregunta de la lectora: Tengo una amiga excesivamente desconfiada. ¿A qué se debe que podemos encontrar personas así, que duden de todo el mundo? Cree que a sus compañeros de trabajo le han cogido con ella. Duda de todo lo que se le dice, cree que es por algo. Asume que cualquier comentario es en su contra. ¿Cómo puedo ayudarla?

Respuesta de la terapeuta: Existe un estilo de personalidad que ha sido tipificada como paranoide. Estas personas se distinguen por ser muy suspicaces.

Generalmente, creen que los demás las critican, atacan, están en su contra. Dudar y desconfiar son rasgos muy acentuados. Esto les impide tener relaciones de amistad duraderas, pueden tener conflicto con los demás, dado que piensan que les atacan. Pueden expresar que tienen mala suerte con las amistades y con las parejas porque las traicionan.

Dudas, inseguridad, sentirse atacadas son las características que más se destacan. Temen a la traición, no solo de las parejas, sino de las amistades, familiares compañeros de trabajo, supervisores.

Si el rasgo de personalidad paranoide es muy acentuado, el individuo podría terminar aislándose, pues cree que los demás les harán daño.

En la práctica clínica he visto que estas personas en su historial clínico tienen antecedentes de abandono por uno de sus padres o ambos, si han sufrido maltrato en la infancia o algún tipo de abuso o violencia sexual.

Aprenden desde muy temprana a edad a desconfiar. En un momento de sus vidas su sistema de seguridad y confianza básica fue quebrantado. Si les falló su sistema de apoyo familiar, la desconfianza se agudiza.

Si llegan a encontrar una persona en la que puedan confiar, al más mínimo gesto o comportamiento que interpreten como una traición, lo vivirán como un golpe mortal de traición. No volverán a confiar más en esa persona que entró en su lista de las poco confiables. Podrían entrar en una crisis profunda.