Pregunta del lector: Fui víctima de infidelidad de mi esposa y madre de mis dos hijos. La amo. Estoy muy apegado a mis hijos. Hace dos años ella se fue de la casa con la persona con quien me fue infiel. Él la mudó, pero está casado. Es mayor que ella. Quiero que me diga si la dejo o recupero a mi familia.

Respuesta de la terapeuta: Antes de comenzar a recuperarla piense o pregúntele si ella quiere volver. De nada valdría insistir si no está enfocada en la relación con usted.

Independientemente de si él está casado o no, ella decidió irse. Si tenía mucho tiempo con él y aceptó mudarse es probable que el vínculo con el amante fuera más intenso que con usted.

Quizás, aceptar la separación es una forma de demostrarle que la ama. El amor no se impone. Deje que elija lo que quiere hacer y con quién quiere estar. Hay parejas que se van porque ya se habían desvinculado. El amante fue el motivo contundente para dejarlo. Posiblemente, no tenía otras excusas para abandonar la relación.

De usted recuperarla tendrá que estar consciente de que volverá después de una infidelidad. Piense cómo enfrentaría la transición entre la ruptura de la otra relación y la vuelta a casa.

Cuando una pareja se va, se corre el riesgo de idealizarla para suprimir el dolor de la partida.

Tome tiempo para reflexionar y recordar qué ocurría en los últimos dos años. Si gusta, mire más años atrás y haga una valoración objetiva de la calidad de la relación y la inversión emocional de ambos. La pareja se separa gradualmente, solo que se da cuenta de manera repentina.

Recuerde: ¿Cómo invertían el tiempo juntos, ¿Cómo se gratificaban?, ¿Cómo se disfrutaban uno al otro?, ¿Cómo era la calidad de la relación sexual? ¿Qué tan distante estaban uno del otro? Estas interrogantes no son para justificar, sino para comprender que por una razón u otra se alejaron lo suficiente hasta crear un hueco emocional irrecuperable.

La pérdida de significado o sentido de la unión conyugal puede llevar por senderos dolorosos.

Aceptar la separación puede ser una opción cuando el amor no basta para estar juntos.

Amar implica compromiso. Es sentir que la pareja valora, respeta, proporciona seguridad y confianza, y que disfrutan del cuidado mutuo.

El amor se construye.

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