CONSULTORIO DE FAMILIA. Los traumas

CONSULTORIO DE FAMILIA. Los traumas

Soraya Lara de Mármol

Pregunta de la lectora: Tengo entendido que muchas personas sufren traumas cuando experimentan una situación difícil en la vida. ¿Cuáles son las situaciones que pueden generar un trauma? ¿Pueden recuperarse del trauma? ¿Es probable encontremos personas que no sufran traumas?

Respuesta de la terapeuta: En la práctica clínica encontramos personas que han sufrido una experiencia traumática severa, sin embargo no encontramos signos de traumas.

El trauma es una reacción psicológica derivada de un suceso que quiebra los sentimientos de confianza básica de las personas. Genera daño psicológico que se manifiesta a través de dolor, indignación, ira, culpa y miedo. (Echeburúa, 2004)

Este autor, experto en traumas, nos dice que existen factores protectores que favorecen la no aparición, tales como: autoestima adecuada, vida espiritual rica, y buen apoyo social y familiar. Son personas que gozan de actividades placenteras y mantienen una actitud positiva hacia la vida.

Las personas más vulnerables a sufrir traumas y, en consecuencia, daño psicológico presentan las siguientes características: Trastorno de Estrés Postraumático, ansiedad o depresión.

Los eventos o sucesos que pueden generar un trauma son: violencia sexual en la persona adulta, abuso sexual infantil o maltrato infantil, violencia generada por la pareja, catástrofes naturales y muerte violenta de uno de los hijos, entre otros.

Menores que hayan sufrido experiencias traumáticas son más vulnerables a sufrir traumas. El daño psicológico se manifiesta en distintos niveles de intensidad, entre leve, moderado, severo.

El funcionamiento y la adaptación post trauma serán factores que indicarán si la persona requiere de apoyo psicológico o no. Si está muy afectado su estilo de vida, su actitud frente a esta y su funcionamiento quedarán afectados.

Las personas afectadas se aíslan, se culpan constantemente por la experiencia sufrida, creen ser las responsables de lo que pasó. Recuerdan constantemente el suceso traumático y lo reexperimentan como si estuviera pasando en ese momento.

Al perder la confianza básica, se aíslan, desconfían de los demás. Reaccionan a cualquier estímulo que le recuerde el suceso. Se atemorizan y pueden sentir miedo generalizado. Se sienten abatidas emocionalmente y creen que nadie les comprenderá. Son personas con pocas habilidades y destrezas para enfrentar la adversidad.

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