CONSULTORIO DE FAMILIA. Niños en hogares infantiles

CONSULTORIO DE FAMILIA. Niños en hogares infantiles

Soraya Lara de Mármol

Pregunta de la lectora: Las madres en esta época hemos tenido que trabajar y llevar a nuestros hijos a hogares infantiles para que los cuiden. No dejamos de sentir un poco de culpa por no estar durante el día con ellos. ¿Cree usted que en el futuro les traerá problemas de personalidad o de conductas? Su respuesta me ayudará a tranquilizarme.

Respuesta de la terapeuta: Las madres han estado a cargo del cuidado de sus criaturas desde nuestros ancestros, con el apoyo de los padres y la familia extendida (abuelas y tías).

En la actualidad, la familia se encuentra separada por grandes distancias y por las ocupaciones laborales de los demás, lo que ha ido modificando esta tradición del cuidado familiar. La tendencia es buscar cuidadoras que tengan la capacidad de atender y estimular a las criaturas a desarrollarse mejor y, sobre todo, que garanticen un buen trato. Quieren tener la tranquilidad de que en un lugar especializado sus hijos no estarán expuestos a negligencias.

Elegir un lugar seguro, higiénico, con cuidadoras entrenadas, que usted tenga acceso a conocer los detalles de cómo funciona el centro, la facilidad para dialogar con las personas encargadas la ayudará a estar segura y confiada.

Es importante la estabilidad y la presencia de la cuidadora para el establecimiento del apego seguro de los niños. Los cambios permanentes pueden afectar el tipo de apego a desarrollar durante la infancia.

Las horas que usted disponga para amar, cuidar, proteger y socializar con su hijo son fundamentales para la estabilidad y el apego seguro. Cuando llegue a su casa disponga de tiempo para él, ocúpese de su cuidado y alimentación; cántele, háblele, estimúlele, sonríale y juegue.

La cercanía, el contacto, las palabras, las expresiones gestuales, el toque de la piel son experiencias sensoriales que comunican y transmiten sensaciones agradables, de alegría y calma. Tenga presente que con estas acciones está construyendo y fortaleciendo vínculos.

El buen cuidado y el buen trato son habilidades maternales y parentales que repercuten en la estabilidad emocional de los hijos.

Cuando llegue a casa manifieste toda su inteligencia maternal, solicite a su pareja que le acompañe con sus competencias parentales en la tarea de crianza bien tratante. Cuando un padre apoya a la madre y es buen cuidador, los hijos se crían y educan en un ambiente seguro, de protección y calma.

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