CONSULTORIO DE NUTRICIÓN

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DR. JIMMY BARRANCO VENTURA

P: Hígado graso: ¿qué se esconde debajo de la punta del iceberg y cómo podemos derretirlo?

R: La acumulación de grasa en el hígado (más de 5%) podría ser la expresión hepática del síndrome metabólico (SM), una condición caracterizada por la presencia de tres o más de los siguientes trastornos: “cuerpo de manzana” o “pancita arrocera”, hipertensión arterial, disminución del colesterol-HDL (“colesterol bueno”), aumento del azúcar y los triglicéridos. La enfermedad hepática grasa no alcohólica (EHGNA) comienza con el aumento de grasa en el hígado, y aunque su evolución es lenta, 5-20% de los casos progresará a una fase inflamatoria (esteatohepatitis no alcohólica, EHNA), de los cuales 10-20% desarrollará fibrosis de alto grado, y menos del 5% progresará hasta cirrosis hepática, que podría degenerar en hepatocarcinoma (cáncer de hígado).

El 5% (365 millones) de la población mundial padece EHGNA, y 18.2 millones de ellos podrían desarrollar cirrosis hepática. ¡El hígado graso es la punta del iceberg! Debemos explorar el iceberg completo, su relación con el SM y el riesgo cardiovascular; pues necesitamos derretirlo con actividad física, dieta saludable y control de la obesidad.


1- La pérdida de 10% o más de peso en un año, con dieta y caminatas (200 minutos por semana) , mejoró la actividad de la EHNA (esteatosis, inflamación) en todos los enfermos; 90% de ellos tuvieron una resolución de la enfermedad, y en el 45% disminuyó la fibrosis. El 90% de quienes perdieron 7% o más de peso tuvo mejoría de su enfermedad (Vilar-Gomez E, Gastroenterology 2015).


2- El alcohol agrava el hígado graso, y en pacientes cirróticos con EHNA un consumo ligero-moderado acelera la progresión de la enfermedad y aumenta el riesgo de descompensación, hepatocarcinoma y muerte (Vilar-Gomez, 2015).


3- La dieta mediterránea (rica en granos integrales, frutas, verduras, pescado y aceite de oliva) mejora la esteatosis hepática, la inflamación y la sensibilidad a la insulina (Godos J, International J Food, 2016).


4- Los ejercicios físicos de resistencia mejoran el hígado graso, independientemente de la pérdida de peso (Zelber-Sagi S, World J Gastroenterol. 2014).
5- El ayuno prolongado y las dietas muy estrictas con pérdida de peso mayor de 2 libras por semana agravan la EHGNA. ¿Está usted en la tómbola? ¡Alerta!

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