CONSULTORIO DE NUTRICIÓN

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Jimmy Barranco Ventura

P: ¿Cómo influye el consumo de alimentos ultra procesados en la aparición del síndrome de fragilidad del anciano?

R: Según Fried LP y col. (J Gerontol A Biol Sci Med Sci. 2001) el síndrome de fragilidad del anciano (SFA) se caracteriza por la presencia de tres o más de los siguientes criterios: pérdida de peso no intencional, fatiga y/o agotamiento, disminución de la fuerza muscular, lentitud en la velocidad de la marcha y bajo nivel de actividad física.

Se habla de prefragilidad cuando el envejeciente solo presenta uno o dos criterios. En términos prácticos, el paciente frágil es aquel que se encuentra delicado de salud, débil y no es vigoroso o robusto.

La prevalencia del SFA en América Latina oscila entre un 30 y 48% en mujeres y de un 21 a 35% en hombres; y tiene un alto riesgo de mortalidad, discapacidad, hospitalizaciones, caídas, fracturas, complicaciones postoperatorias, mala salud e incluso tromboembolismo venoso (Instituto Mexicano del Seguro Social, 2014).

La ingesta de alimentos ultraprocesados, es decir, “aquellos que han sufrido transformaciones físicas y químicas durante su elaboración y que mantienen en su presentación final muy poco o ningún contenido de los alimentos naturales originales”, se ha asociado con el desarrollo de enfermedades crónicas, factores de riesgo metabólico (obesidad, colesterol elevado, hipertensión), cáncer y mayor mortalidad.

Según un estudio realizado en una población de 1,822 adultos mayores de 60 años, aquéllos que tenían mayor ingesta de energía procedente de alimentos ultraprocesados tuvieron un riesgo hasta 3 veces mayor de desarrollar SFA que quienes tuvieron un menor consumo de estos productos (Guallar P y col. The Journal of Gerontology, Julio, 2020).

Entre los productos que más se asociaron al desarrollo de fragilidad se encuentran los lácteos ultraprocesados (azucarados, endulzados y saborizados), las galletas, pasteles, bizcochos, dulces y zumos industriales.

Los adultos mayores prefieren los alimentos dulces, salados y muy condimentados porque a medida que se envejece ocurre una disminuyendo en la capacidad para percibir los diferentes olores y sabores.

Sin embargo, la Asociación Americana de Dietética apoya la estrategia de eliminar las restricciones nutricionales en los pacientes frágiles, a fin de mejorar la ingestión de alimentos y ofrecerles una dieta más variada. Y… ¿entonces? ¡Un ojo al gato y otro al garabato!

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