CONSULTORIO DE NUTRICIÓN

CONSULTORIO DE NUTRICIÓN

P: ¿Habéis oído el Nuevo Sermón de Adviento, de Nutrilandia?

R: “Amados hermanos: Yo, fray Salmón del Moro y Vino, siervo del Señor, y ministro de Nutrilandia, os saluda en este segundo domingo de adviento; y os quiero revelaros, por voluntad divina, que vuestra maldad ha llegado al trono santo.
Habéis olvidado que la tierra fue dada al hombre para ser cultivada, y hallar en ella, su propio sustento. Mas, ¡ay de vosotros, terratenientes!, que os habéis apoderado de las tierras fértiles y sus ganados; despojando al campesino de su comida, obligándolo a emigrar del campo hacia la ciudad, donde viven en cinturones de miseria.
Pero, ¡ay, de vosotros, legisladores, insensatos!, que llenais vuestros barrilitos, de oro y plata. ¡Llenadlos de pan y leche para los hambrientos; de justicia social para el pueblo! ¿Por qué no legislais, para que el campesino sea el dueño de la tierra; y ésta vuelva a ser fructífera? ¡Imploramos por su retorno al campo!.
Legislad, pues, por la protección del medio ambiente, preservando un ecosistema habitable para las generaciones futuras. Necesitamos nuevas leyes de protección a nuestros niños, prohibiendo el expendio de alimentos chatarra, en los hospitales y centros educativos; y en su entorno, también. Decidle, NO, a las cadenas transnacionales de alimentos y bebidas, que atrofian las neuronas, y envenenan el corazón. ¡Ay, de vosotros, ganaderos!, que como falsos ministros, os atrevéis a adulterar la leche, consagrándola en las aguas bautismales del engaño; aumentando, así, el riesgo de desnutrición y infantil. ¡Y qué decir, de los fabricantes de embutidos, plenos de grasa saturada y colesterol; y cuyo sabor, encanta a los abuelos, padres y su descendencia? Pero, el pecado es mayor en las madres que bañan estos productos en manteca. ¡Ay, de vosotras madres indolentes!, que conserváis con tanto esmero vuestros pechos como instrumento de erotismo; negando a vuestros hijos su derecho a la vida.
¡Lo primero es humano, mas lo segundo es divino! ¿Por qué, «aleáis» y «pateais» a vuestros hijos, a la hora de comer; mientras vuestros maridos son «pechugueados» y «mu’leados». ¡Dad el mejor manjar a vuestros niños! Amados, recordad incluir siempre en vuestra dieta: un morito de habichuelas con salmón, frutas y verduras; y una copita de vino tinto, sin alcohol, por la salud de vuestros corazones. ¡Dios os bendiga!»

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