CONSULTORIO DE NUTRICIÓN. Bebidas y diabetes

CONSULTORIO DE NUTRICIÓN. Bebidas y diabetes

Jimmy Barranco Ventura

P: ¿Es cierto que el whisky ayuda a «quemar» el azúcar de la sangre en los diabéticos, y que el alcohol disminuye el riesgo de diabetes?

Cuando ingerimos alimentos con almidón o azúcar, la glucemia se eleva; lo cual estimula la secreción de insulina por el páncreas, una hormona encargada de facilitar que el azúcar de la sangre (glucemia) llegue hasta los tejidos (músculo, corazón, tejido graso, etc.) y sea metabolizado, normalizándose 2-3 horas más tarde. La glucosa es un combustible energético requerido para el buen funcionamiento del cerebro, glóbulos rojos, riñón, músculos, etc. La insulina ayuda también a que la glucosa se almacene en el hígado y músculos en forma de una molécula compleja y muy ramificada, llamada glucógeno (almidón animal); el cual sirve como fuente de glucosa entre una comida y otra.

El glucógeno hepático comienza a desdoblarse en glucosa a las 2 horas del ayuno, y se agota en unas 24 horas.

Así, para evitar que el cerebro y otros tejidos se queden sin combustible energético durante el ayuno prolongado, el organismo también fabrica glucosa desde las cuatro horas del ayuno, a partir de aminoácidos, sacrificando parte de sus proteínas. Así, el whisky en realidad, no «quema» el azúcar, sino que bloquea esta última vía proveedora de glucosa; por lo cual, aumenta el riesgo de sufrir hipoglucemia (glucosa baja en sangre).

Por otro lado, algunos estudios revelan que el consumo moderado de alcohol (una bebida al día en la mujer y 2 bebidas en el hombre) aumenta la eficiencia de la insulina para entrar la glucosa dentro de las células, disminuyendo el riesgo de sufrir diabetes. Una bebida es igual a 12 onzas de cerveza, 5 onzas de vino o 1½ onzas de bebidas destiladas (vodka, whisky, ginebra, ron, etc.).

No obstante, la Sociedad Americana de Diabetes (ADA) y otros organismos de salud, recomiendan que si usted ya toma alcohol, debe hacerlo con moderación (siempre con autorización médica y luego de ingerir alimentos); pues un consumo mayor podría aumentar el riesgo de diabetes.

Pero, si usted no toma, no comience, ya que podrían activarse los genes del alcoholismo; y además, los mismos beneficios derivados del alcohol, podrían obtenerse con la pérdida de peso, la actividad física regular y una alimentación saludable.

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