P: ¿Cómo deben alimentarse los donantes vivos de riñón?

R: La donación de un riñón no está libre de riesgos ya que, según estudios recientes, los donantes vivos tienen mayor riesgo relativo de desarrollar glomerulonefritis e hipertensión arterial (Grams ME y col. N Engl J Med. 2016) a largo plazo.
Las Guías Prácticas Globales para Mejorar los Resultados de la Enfermedad Renal del 2017 (KDIGO, siglas de su nombre en inglés) recomiendan evaluar por los menos cada año en los donantes: presión arterial, índice de masa corporal (IMC, peso entre el cuadrado de la estatura), creatinina en suero y estimación de la tasa de filtración glomerular (TFG), albúmina en orina; y promoción de un estilo de vida saludable, incluyendo ejercicios físicos regulares, una dieta saludable y abstinencia del tabaco (Lentine KL y col. Transplantation 2017). Estos sujetosdeben seguir las siguientes recomendaciones dietéticas:
1- No consumir más de 1 g/kg/día de proteínas, porque el exceso aumenta la presión de filtración renal para poder eliminar la urea y otras substancias derivadas de las proteínas, (Ko GJ y col. Curr Op Clin Nut Metab Care, 2017). Preferir el consumo de nueces, leguminosas y lácteos bajos en grasa; limitando las carnes rojas y procesadas porque pueden provocar daño renal a largo plazo (Haring B y col. J Ren Nutr. 2017).
2-Evitar el exceso de sal en las comidas, sin sobrepasar los 4 gramos de sodio al día, en vista de que éste aumenta la presión de filtración renal y el riesgo de hipertensión arterial, dañando el riñón a largo plazo.
3- Tomar más de 2.5 litros de agua al día. El bajo consumo de agua a largo plazo disminuye la TFG y favorece la pérdida urinaria de proteínas al aumentar la secreción de una hormona llamada vasopresina.
4- Evitar la obesidad, manteniendo un IMC menor de 30 kg/m2, reduciendo los alimentos hipercalóricos, aumentando el consumo de fibras y practicando actividad física regular, pues ésta mejora la salud física y mental. La depresión es frecuente en los donantes.
5- Dejar de fumar. Los donantes de riñón que fuman, comparados con los que no fuman, tienen una probabilidad de muerte 5.3 veces mayor a los 4 años (Segev DL y col. JAMA 2010).