CONSULTORIO DE NUTRICIÓN Dr. Jimmy Barranco Ventura Especialista en Bioquímica y Nutrición Clínica

CONSULTORIO DE NUTRICIÓN Dr. Jimmy  Barranco  Ventura Especialista en  Bioquímica y  Nutrición Clínica

Dr. Jimmy Barranco

P: ¿Existe algún suplemento nutricional para prevenir o retrasar la progresión del Alzheimer y otras demencias?
R: El envejecimiento de nuestras sociedades ha causado un aumento dramático en la prevalencia de enfermedades crónicas, afectando la sostenibilidad de nuestros sistemas de salud.
En particular, la demencia es una prioridad de salud por la enorme carga socioeconómica que representa, en ausencia de tratamientos médicos efectivos.


Esta enfermedad es el resultado de la competencia entre factores de riesgo, ya sean vasculares (hipertensión, diabetes, obesidad), psicosociales (depresión), o del estilo de vida (tabaquismo, pobre actividad física y mental), y factores protectores (alto nivel educativo, redes sociales, actividades que estimulan el razonamiento y ejercicios físicos regulares).


Los trastornos cognitivos leves a moderados se caracterizan porque el individuo tiene dificultad para recordar, aprender cosas nuevas, concentrarse y tomar decisiones; afecta tanto su vida diaria como su calidad de vida, y es la manifestación incipiente del Alzheimer y otras demencias(Canevelli M y col. Nutrients 2016).


Algunos estudios epidemiológicos buscan una asociación entre los hábitos dietéticos y el desarrollo cognitivo / demencia. Según un metanálisis la dieta Mediterránea (rica en granos integrales, pescados grasos, frutas, verduras, leguminosas y aceite de oliva) y ciertos suplementos: ácidos grasos omega-3 y antioxidantes (flavonoides, vitaminas E, C y complejo B) se asocian fuertemente con menor riesgo de demencia; y los niveles bajos de vitamina D se relacionan con un mayor riesgo de deterioro cognitivo (Cao L. y col. Mol. Neurobiol. 2015).


Estos nutrimentos controlan los factores asociados al Alzheimer, tales como depósito de material amiloide, degeneración de las fibras nerviosas, pérdida de la comunicación entre las neuronas, inflamación, aumento del estrés oxidativo y daño vascular, injuria neuronal (Swaminathan, A. y col. Front. Aging Neurosci. 2014).


La dieta mediterránea reduce el riesgo de demencia porque disminuye la enfermedad cardiovascular y aumenta los niveles circulantes de neurotrofinas, substancias que protegen a las neuronas contra el estrés oxidativo.
La deficiencia de ácido fólico, vitaminas B6 y B12 eleva los niveles de homocisteína, una substancia que aumenta el riesgo cardiovascular y el deterioro cognitivo.

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