CONSULTORIO DE NUTRICIÓN. El alcohol y cáncer

CONSULTORIO DE NUTRICIÓN. El alcohol y cáncer

Jimmy Barranco Ventura

P: ¿Qué relación existe entre alcohol y cáncer?

R: El alcohol es una “espada de doble filo”. Hacen dos décadas se encontró que su consumo leve a moderado de (particularmente el vino) tenía un efecto cardioprotector; luego se observó que reducía el riesgo de diabetes mellitus, apoplejía e insuficiencia cardíaca. Pero las evidencias de sus efectos perjudiciales son más fuertes que las que apoyan su beneficios. El exceso de alcohol aumenta el riesgo de hipertensión arterial, fibrilación auricular, cardiomiopatía dilatada, isquemia y hemorragia cerebral; además de los accidentes de tránsito y los problemas sociales. Se estima que por cada borrachera se muere un millón de neuronas.

En el 1988, la Agencia Internacional para la Investigación del Cáncer (IARC, por sus siglas en inglés) de la Organización Mundial de la Salud (OMS) reveló la asociación que existía entre alcohol y cáncer de boca, faringe, laringe, esófago, colon-recto, hígado, mama y páncreas. Esta Agencia en su Reporte Mundial del Cáncer del 2014, declara que: “ninguna cantidad de alcohol es segura”. No importa qué tipo de bebida alcohólica sea (vino, cerveza, ron, whisky, etc,); aunque el cáncer de esófago se relaciona más con las bebidas destiladas, porque destruyen los cilios que lo cubren.

Los bebedores sociales tienen más riesgo de padecer cáncer de boca-faringe, esófago y mama, que los abstemios. Por eso se recomienda que mujeres con nódulos mamarios o con hermanas que han tenido cáncer de mama no deben tomar alcohol.

El alcohol se asocia con la aparición de leucemia, mieloma múltiple y cánceres de vulva, vagina, cuello uterino y piel; pero se necesitan nuevos estudios que lo confirmen.

Las bebidas alcohólicas pueden contener por lo menos 15 compuestos cancerígenos: etanol (más importante), acetaldehído, aflatoxinas, acrilamida, arsénico, benceno, formaldehído, plomo, etc. El alcohol daña el ADN porque causa deficiencia de ácido fólico, aumenta los estrógenos y los radicales libres.

La combinación fatal de tabaco y alcohol tiene un efecto sinérgico sobre la aparición de cáncer de boca, faringe, laringe y esófago. Dejar de fumar y beber reduciría los cánceres de boca en un 80% y 90% el de laringe.

Para reducir el consumo de alcohol recomendamos aumentar su precio e impuestos, y advertir en el etiquetado su RIESGO DE PRODUCIR CÁNCER.

 

 

 

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