CONSULTORIO DE NUTRICIÓN. El estreñimiento

CONSULTORIO DE NUTRICIÓN. El estreñimiento

Jimmy Barranco Ventura

P: Soy una mujer de 37 años y estoy utilizando una terapia de reemplazo hormonal (estrógenos) por una menopausia precoz; pero sufro de estreñimiento, desde que inicié el tratamiento. ¿Cómo debería ser mi alimentación para controlar este trastorno?

R: El estreñimiento es uno de los desórdenes gastroenterológicos más comunes. Su prevalencia disponible varía mucho dependiendo de la definición de estreñimiento y de la muestra de población en estudio. Se estima que aproximadamente el 12% de la población adulta en países occidentales sufre de estreñimiento caracterizado por síntomas, tales como defecación poco frecuente, heces duras, necesidad de fuerte tensión en la deposición y/o una sensación de evacuación incompleta. De acuerdo al criterio de Roma, dos o más de estos síntomas deben estar presentes en 25% de las evacuaciones y por lo menos durante 3 meses para poder cumplir con las condiciones de estreñimiento crónico.

El estreñimiento es 2-3 veces más frecuente en las mujeres que en los hombres, debido en parte a los cambios hormonales durante el ciclo menstrual. Así, el aumento de progesterona y estrógenos, durante el tercer trimestre del embarazo, igual que el uso de estas hormonas, como terapia anticonceptiva o de reemplazo hormonal (en la menopausia) causan estreñimiento, debido a que inhiben la motilidad del colon. El retraso del tránsito del bolo fecal por el colon aumenta el tiempo disponible para la reabsorción de agua y las heces se vuelven duras. Se ha demostrado que una disminución en la ingesta de líquidos de 2.5 litros a 0.5 litro reduce el peso y la frecuencia de las heces.

Recomendaciones higiénico-dietéticas:

1- Aumentar el consumo de frutas (3-4 porciones diarias: ciruelas, chinola, tamarindo, mango, etc.) y vegetales crudos (2-3 platos diarios, con aceite de oliva), cereales integrales (trigo, avena, arroz integral), leguminosas (habichuelas, gandules, habas, lentejas) y linaza.

2- Reducir el consumo de alimentos astringentes (arroz, plátano verde, guayaba, leche, etc).

3- Tomar 1 vaso de agua fresca (no fría) en ayunas y cada hora, hasta completar un volumen de 2-3 litros diariamente.

4- Aumentar la actividad física (30-60 minutos diarios) y controlar el estrés.

5- No reprimir el deseo de evacuar en caso de urgencia, para evitar el endurecimiento de las heces.

 

 

 

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