P: ¿Es saludable comer salami ?

R: El salami es un embutido o tipo de carne procesada (curada) a la cual se le ha agregado sal (para evitar el crecimiento de bacterias), nitratos y especias. Un alimento que cautiva el paladar, por su sabor suculento derivado de la sal y su alto contenido de grasas saturadas. ¡ Preferido por los niños !

Los nitratos del salami, en el organismo se convierten en nitritos, los cuales reaccionan con las aminas de carnes, lácteos, huevos y pescado, para formar nitrosaminas (substancias potencialmente cancerígenas).

El Fondo Mundial de Investigación sobre el Cáncer recomienda evitar el consumo de carnes procesadas, porque existen evidencias fuertes de que el salami y otros embutidos, aumentan el riesgo de padecer cáncer de colon. Pero si se come menos de 10 g (1/3 de onza por día) ocurrirían 4,000 casos menos de cáncer de colon.

Por otro lado, un estudio europeo, publicado en la revista científica «British Medical Journal», demuestra que el consumo de salami durante el embarazo podría se responsable de 10-14 % de los casos de toxoplasmosis; y si las embarazadas son infectadas durante el tercer trimestre de gestación, el bebé tendría también un riesgo alto de ser infectado (40-60%).

Científicos de Harvard, estudiaron más de un millón de personas, y encontraron que el consumo de 1 onza y media de carnes procesadas al día, aumenta el riesgo de padecer enfermedades coronarias y diabetes.

Aunque el salami contenga proteínas, niacina, B12, riboflavina, fósforo, cinc, hierro y potasio, su alto contenido de grasa saturada, colesterol y sal, junto a los aditivos, lo convierten en un producto poco saludable. La industria ha elaborado diversos tipos de salami: light, premium, especial y super-especial; sin embargo, su recomendación en una dieta saludable es cuestionable. Según el Sistema NuVal, (desarrollado por David Katz de la Universidad de Yale), el salami tiene una calificación nutricional muy baja (7 puntos… ! en una escala del 1 al 100), frente a otros cárnicos más nutritivos: salmón (87), filete de bacalao (82), ostras (81), langostinos (75), almejas (71), filete de rape (64), pechuga de pollo sin piel (39) y muslo de pollo (30). ¡ Cuidado con esos placeres que matan: embutidos, sal, a zúcar, grasas saturadas, colesterol y gaseosas !

Especialista en Bioquímica y Nutrición Clínica.