P: ¿Cuáles alimentos no debo comer para evitar los cálculos renales de calcio?

R: Los cálculos renales tienen una prevalencia de 5-10 %; y después del primer episodio, la recurrencia parece ser la regla (2-5% anual). Generalmente provocan cólicos renales, infecciones urinarias a repetición o la presencia de sangre en la orina; pero algunas veces se descubren de manera fortuita en una radiografía simple de abdomen.

Los cálculos están compuestos por un material cristalino, suspendido dentro de una matriz, constituída por proteínas, azúcares y desechos orgánicos.

Lo esencial para la formación de un cálculo urinario es la saturación de la orina con los componentes de los cristales; aunque en el 40% de los casos hay sobresaturación urinaria sin la aparición de cálculos. Esto se debe a la presencia de factores protectores, tales como: el grado de acidez de la orina, el citrato y ciertas proteínas que impiden la formación de cristales, como la nefrocalcina y la osteocalcina.

Muchos pacientes con cálculos renales tienen algún familiar directo (padre, madre, hermano) afectado por este quebranto.

Alrededor del 80 % de estos cálculos contienen calcio en su composición (40-60% oxalato de calcio y 5-30 % fosfato de calcio), 10-20% fosfato, amonio y magnesio, 10-15% ácido úrico y 2% cisteína.

Entre los factores dietéticos asociados a la aparición de cálculos de calcio se encuentran: pobre ingesta de agua, exceso de proteínas de origen animal (excepto las proteínas de la leche), alto consumo de sal y azúcar, alimentos ricos en oxalato (frutos secos, espinacas, acelgas, berenjenas, coliflor, apio, sopa de tomates, frutillas, chocolate y granos enteros).

Aunque se creía que el consumo de café, té, cerveza y vino aumentaba el riesgo de cálculos, estudios recientes demuestran que lo reducen, porque aumentan el volumen de orina.

Recomendaciones dietéticas para reducir la aparición de cálculos renales de calcio:

1- Consumir más de 3 litros de agua al día, cantidad suficiente para producir 2 litros de orina en 24 horas.

2- Reducir la ingesta de proteínas animales «no lácteas», oxalatos, sal y azúcar.

3- Ingerir alimentos ricos en citrato (frutas y jugos cítricos)

4- Mantener un aporte normal de calcio dietético (1000-1200 mg/día).

5- Restringir los suplementos de calcio y de vitamina C.