Consultorio de Nutrición: Pacientes con cirrosis hepática

Consultorio de Nutrición: Pacientes con cirrosis hepática

Jimmy Barranco Ventura

P: ¿Necesitan los pacientes con cirrosis hepática algún suplemento nutricional?

R: Estos enfermos en las fases iniciales de su padecimiento suelen mantener un buen estado nutricional ya que su alimentación requiere muy pocas modificaciones, y sus requerimientos nutricionales no están aumentados.

Sin embargo, a medida que la cirrosis progresa suelen aparecer deficiencias nutricionales que agravan la salud del enfermo.

Así, puede haber deficiencia de zinc, un nutrimento requerido por el hígado para convertir el amonio (sustancia tóxica) en urea, la cual es eliminada por el riñón.

Además, el zinc es utilizado por el músculo y el cerebro para metabolizar el amoníaco, y evitar sus efectos tóxicos a nivel cerebral: irritabilidad, trastorno del ciclo sueño-vigilia, alteración de la conciencia y estado de coma, una condición conocida como encefalopatía hepática.

La deficiencia de zinc disminuye el apetito, el gusto y la olfación, aumentando el riesgo de desnutrición y la aparición de calambres en las piernas. Por lo tanto, los suplementos orales de zinc y las meriendas nocturnas mejoran los calambres y la desnutrición.

Consultorio de nutrición: Manejo nutricional con cirrosis hepática

De igual manera los suplementos de ciertos aminoácidos (valina, isoleucina y leucina), vitaminas D, B1, complejo B y carnitina ayudan a conservar o recuperar la masa muscular perdida, mejorando la calidad de vida.

La carnitina, transporta los ácidos grasos hacia las mitocondrias donde se utilizarán como fuente de energía, mejora la función metabólica del hígado y aumenta la resistencia muscular al ejercicio físico.

Los suplementos de vitamina D aumentan la masa muscular y su resistencia, preservan la salud ósea y mejoran las defensas del organismo.

Los suplementos de ácidos grasos omega-3 aumentan la masa muscular y el uso de ácidos grasos como fuente de energía, y además, por su acción antiinflamatoria protegen al músculo contra el daño provocado por los radicales libres.

La conservación de la masa muscular reduce el riesgo de encefalopatía hepática, debido a que el músculo remueve el amoníaco de la sangre, evitando sus efectos nocivos a nivel cerebral.

Los enfermos de cirrosis necesitan la ayuda de un nutriólogo para mejorar su alimentación.

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