Especialista en recursos naturales
P.- Profesor ¿se ha dado cuenta que la Laguna de Engombe y humedales aledaños, donde realizábamos las prácticas de ecología, prácticamente ha desaparecido con los rellenos de empresas dedicadas a la construcción de viviendas, que allí botan sus escombros?

R.- Es un caso realmente lamentable y lastimosamente cierto, pues allí no solo se realizaban prácticas de ecología y conservación de recursos naturales, sino que se trata de un área tradicional de investigación de la Universidad Autónoma de Santo Domingo. Cerca de allí estuvieron los estanques de la estación experimental de Acuacultura, donde investigadores y docentes de esta academia instalaban sus ensayos.

La Laguna de Engombe se encuentra contigua a las Ruinas de este lugar, por lo que se trata de un activo del patrimonio monumental de Santo Domingo, protegido por varias disposiciones administrativas. La más importante es la creación del “Parque Mirador del Oeste”, mediante el Decreto No. 207-02 (hace 6 años), dentro del Cinturón Verde de Santo Domingo.

Corresponsables de este problema, junto a la UASD (por haber lotificado y entregado a los profesores un área experimental), son la Secretaría de Estado de Obras Públicas y Comunicaciones y la Corporación del Acueducto y Alcantarillado de Santo Domingo, por la forma en que se realizaron los movimientos de tierra y obras complementarias de la autopista 6 de noviembre y la Cañada Guijimía; la antigua Comisión de Asuntos Urbanos por permitir que se le arruinara esta porción del Cinturón Verde y la Secretaría de Estado de Medio Ambiente y Recursos Naturales, que tiene por encomienda la protección de los humedales del país.

Pero los más afectados por este problema, serán los adquirientes de estos espacios, quienes intentan habitar en un espacio habitable, pues cada vez que se presenta una tormenta o una época lluviosa prolongada, la laguna se rebosa y ocupa su entorno natural, incluyendo la vía de acceso a las ruinas, que a pesar de haberse rellenado con grandes volúmenes de escombros, siempre se hace intransitable.

Cuando pasó la tormenta Noel, las aguas del Haina cruzaron el entorno del peaje de la avenida 6 de Noviembre, llegando hasta la parte baja de la estación de gasolina instalada en las márgenes de la vía y la Cañada Guijimía. Este triste ejemplo de la anarquía de ocupación del espacio suburbano, más temprano que tarde habrá que detenerse.