Especialista en recursos naturales
P. Profesor, ¿qué pasó con la Cumbre Mundial Sobre el Clima, en Sudáfrica?

R. Nada nuevo bajo el Sol. Después de los dos fracasos anteriores, Copenhague – Dinamarca (Cop – 15),  del año 2009, y Cancún  – México (Cop – 16), del año pasado; se le suma el tercero: Durban – África del Sur (Cop -17), de noviembre – diciembre del 2011, que acaba de concluir.

Es decir, desde el 2009 al 2011, se han celebrado tres cumbres mundiales seguidas (cuando debía ser una cada 20 años) para tratar los problemas que enfrenta la humanidad sobre los cambios climáticos, y no se ha logrado ningún compromiso concreto.

Ni siquiera un compromiso de buena fe.

Todo se circunscribe a discursos incendiarios sobre la gravedad del problema, pero nadie quiere ceder ni comprometerse a realizar los aportes reales o sacrificios tangibles en favor del planeta.

Tal parece que el ser humano, en realidad, todavía no está consciente de la gravedad de la verdadera situación del cambio climático, aun con todas las evidencias que resaltan a la vista, aun con todos los estudios del Panel Intergubernamental de las Naciones Unidas sobre el tema y las advertencias que se están haciendo desde los centros de investigación y monitoreo que le dan seguimiento al clima terrestre.

Según Greenpeace, lo que acaba de ocurrir en Durban – Sudafrica, es un desastre total, peor que lo de Copenhague – Dinamarca 2009.

No se arribó a ningún acuerdo concreto, salvo una hoja de ruta para un nuevo acuerdo climático global que comprometa a todos los grandes emisores, tanto países industrializados como emergentes.

El Protocolo de Kyoto de 1997, que entró en vigencia en el 2005, el único acuerdo concreto que dispone la humanidad, calificado como insuficiente para hacer frente a la realidad de los impactos que están en marcha y los que se avecinan, ya concluye el 31 de diciembre del 2012.

 Lo único cierto es que la humanidad está en un punto muerto con respecto a los cambios climáticos y el panorama no pinta nada alagüeño.

Estados Unidos no se opone a un nuevo acuerdo que sustituya a Kyoto, pero Cánada acaba de abandonarlo, China y la India lo rechazan de plano y la comunidad europea dice que se está ahogando en una crisis económica que no le deja respirar.

¿Cuál será el capítulo final de esta novela?

¡Está muy cerca, esperemos!