CONSULTORIO ECOLÓGICO

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Especialista en recursos naturales
P.-¿El Turismo es un factor de presión para las Ballenas Jorobadas en la Bahía de Samaná?

R.- Indudablemente, el turismo como cualquier otra actividad humana intensiva que se desarrolle en el hábitat natural y especializado de una especie de alta mar que se aproxime a las costas, tiene que ser un elemento perturbador; sin embargo, la magnitud del impacto estará a asociado o dependerá de la fragilidad del medio natural, de la sensibilidad de la especie y a la forma en que se maneje o desarrollen las actividades turísticas o recreativas.

Para el caso específico de la Bahía de Samaná, la cual se está convirtiendo rápidamente en uno de los puntos más importantes del mundo para la observación de ballenas, ya se ha elaborado una normativa que debe ser observada y cumplida por los capitanes de los cruceros, embarcaciones, yates, botes y cualquier otro medio utilizado para estos fines e incluso por las personas que utilizan o demandan estos servicios para disfrutar de los saltos, soplos y acrobacias de estos gigantes del mar. El reglamento no solo incluye el cumplimiento de las reglas sobre el avistamiento, la velocidad y el acercamiento a las ballenas, sino, la conducta de las personas al salir del puerto, durante el recorrido y el regreso.

Los criterios o fundamentos técnicos para la gestión durante las temporadas de ballenas, siempre será el elemento clave para que conservemos esta riqueza tan grande y tan frágil que nos brinda la naturaleza dominicana. Por estas razones se requiere una buena selección de los técnicos que estén al frente de estas actividades y observar la competencia de los especialistas que realizan los estudios o el monitoreo y sobre todo, resulta indispensable que las autoridades competentes, muy especialmente de la Secretaría de Estado de Medio Ambiente y Recursos Naturales, asuman plenamente su responsabilidad de salvaguardar estos bienes naturales para el disfrute de la presente y las futuras generaciones de dominicanos.

Entre los factores que pudieron afectar la presencia de ballenas en la Bahía de Samaná el año pasado, estuvo la erosión masiva y los movimientos de lodo y sedimentos hacia el lecho marino proveniente de tierra firme, después del paso de las tormentas Noel y Olga, las cuales no solo fueron continuas, sino que la última (Olga), terminó con el inicio de la llegada de las ballenas (diciembre). Se observó que los troncos de árboles y los sedimentos arrastrados por Yuna invadieron los cayos de Los Haitises y casi toda la Bahía de Samaná.

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