Especialista en recursos naturales.

Pregunta. Profesor, se anuncia el inicio de la temporada de ballenas ¿cuál sería la mejor forma de vivir la aventura de contemplar estos gigantes del mar sin correr riesgos ni causar problemas a estas dóciles criaturas?

Respuesta. La temporada de ballenas se ha convertido en uno de los eventos anuales más esperados y que despierta un inusitado interés para el turismo interno y sobre todo, para los extranjeros que se desplazan de diferentes confines de la Tierra para venir a Samaná, la capital mundial de las Ballenas Jorobadas, a contemplar el espectáculo de saltos, cantos, soplos y coleteos con que expresan su alegría y su natural forma de reproducirse en nuestras aguas territoriales.

Indudablemente es una experiencia única y digna de vivir, muy especialmente cuando se toman las previsiones de lugar para no pasar un mal rato o arriesgarse más de lo prudente, porque si bien es cierto que el peligro es mínimo, se debe tomar en cuenta que el evento se vive en el mar y a veces, se dan circunstancias ajenas a nuestra voluntad, como es la imprudencia de algunos capitanes de lanchas rápidas y súper rápidas que, por llegar primero, violan todas las normas establecidas, haciendo giros y saltos que a cualquiera descontrolan y a veces, se acercan tanto a las ballenas que hasta llegan a hostigarlas.

Para el que está acostumbrado al mar, ese no sería un problema mayúsculo, pero para quien vive esa aventura por primera vez, puede que resulte embarazoso. Además, hay personas que le tienen un miedo infundado al mar y eso hay que respetarlo. Previendo estos casos, el Ministerio de Medio Ambiente programa con tiempo y coloca un equipo técnico para garantizar el máximo disfrute con el menor riesgo y paralelamente, se ha construido en Tierra el Observatorio de Punta Balandra y algo que muy pocos conocen, las ballenas también se pueden contemplar desde el centro de control y vigilancia de Cabo Samaná, al cual se accede antes de llegar a Las Galeras.

La planificación es el arte de lo posible y sobre todo, de la previsión de riesgos. Samaná debe prepararse para brindar servicios de la mayor calidad posible y marcar un hito en el mundo, capaz de atraer y dejar satisfechos a los turistas más exigentes que intentan por todos los medios, vivir experiencias realmente gratificantes. Disfrutemos con responsabilidad este privilegio que nos brinda la naturaleza.