Especialista en recursos naturales
P.- Profesor, analizamos en detalle su respuesta sobre las causas de la sequía y su impacto en el abastecimiento de agua potable para consumo humano y el desarrollo en sus distintos ámbitos, ¿pero, qué hacer para que las nubes regresen preñadas de humedad y se recupere la estabilidad del clima?

R.- Las diferentes agencias u organismos de Las Naciones Unidas han alertado a la humanidad sobre este problema del agotamiento de las fuentes de agua dulce y su agravamiento por el fenómeno global de los cambios climáticos, cuyas consecuencias resultan indescifrables y cada vez más frecuentes y en magnitudes que superan los récords anteriores.

A finales del siglo pasado, fue Butros Butros Ghali, Secretario General de este organismo que cobija a casi la totalidad de las naciones del planeta, quien pronosticó que las guerras del futuro serán por el agua, pero aquella vez sus pronunciamientos y predicciones se basaban en los conflictos generados por la escasez del liquido de la vida en Siria, Turquía, Israel, Irán, Egipto, Arabia e Irak (Medio Oriente), pero en estos momentos el problema se ha universalizado y son los Jefes de Estado de diferentes naciones y todas las latitudes del planeta, que no solo están convencidos de esta realidad, ficticia en aquel entonces, pero meridiana en estos momentos, quienes repiten o se hacen eco de aquellas premoniciones.

Nosotros todavía pensamos que ese problema no nos afectará, por la abundancia de este liquido y su relativa buena distribución en el territorio nacional, sin embargo, ya existen suficientes evidencias de que lo tenemos encima y de que hay que actuar con celeridad. Son múltiples las alternativas para mitigar los impactos de las sequias, pero las soluciones no solo son las puntuales o para la situación que ahora nos acogota, sino que es necesario mirar hacia el futuro. Siendo así, obligatoriamente tenemos que atender las recomendaciones del PNUMA (Programa de las Naciones Unidas para el Medio Ambiente): es plantando árboles masivamente y en todas las latitudes del planeta, como podemos mejorar la estabilidad climática y conjurar la escases del agua dulce, la cual  cada día se hace más escasa y de menor calidad.

Tenemos que reforestar e involucrar a todos los estamentos del Estado y la Sociedad Dominicana. Esta experiencia es una simple clarinada de lo que nos espera, si seguimos tan indolentes frente a la deforestación, como lo fuimos en el pasado.