CONSULTORIO ECOLÓGICO

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Especialista en recursos naturales
P. Profesor, a propósito del tsunami del Japón y la tragedia humana asociada ¿no es posible predecir los desastres naturales y evitar tantas víctimas?

R.  Tal parece que entre más preparados estamos y más conocimientos obtenemos, más indefensos nos encontramos. Cada día los desastres naturales se superan a sí mismos y aunque la ciencia y la tecnología han alcanzado los niveles más elevados o jamás imaginados, nada parece detener ni disminuir los impactos de estos eventos imprevisibles de la naturaleza. ¿Qué fue lo que falló en Japón, una de las naciones más desarrolladas en el campo de la tecnología que tiene el planeta?

En materia de  desastres naturales y en particular, con el caso de los tsunamis, se pensó que con las lecciones aprendidas de la tragedia del sudeste asiático del 2004, la humanidad se prepararía para evitar impactos tan devastadores por esta causa. Sin embargo, los sistemas de alarma o de alerta temprana impulsados por Naciones Unidas e instalados en diferentes regiones del mundo, no fallaron.

Todo el oriente asiático se puso en alerta ante el terremoto que azotó el archipiélago nipón y toda la América también, desde Chile hasta California, pasando por Centroamérica y territorios de ultramar, como Hawaii. No obstante, solo queda con conformarnos de que la tragedia hubiese sido peor si no estuviésemos preparados para ello.

Todavía la humanidad no se explica las razones por las cuales Estados Unidos no pudo predecir ni evitar el caso del huracán Katrina del 2005, si en el planeta no existe otro centro de predicción de eventos de esta naturaleza como el instalado en la ciudad de Miami. Tampoco hay muchas explicaciones para que un volcán que comienza su actividad en una isla perdida en el Océano Atlántico, pueda poner de rodillas a todo un continente super desarrollado como Europa. El volcán Eyjafjalla ubicado en Islandia, a miles de kilómetros de tierra firme, paralizó con su humareda todo el tránsito aéreo en Europa durante tres días el año pasado.

Ahora bien, no se trata de que la naturaleza pueda poner en ridículo todo el poderío tecnológico de que hace gala nuestra civilización, sino de revertir tales avances hasta colocarlos en contra nuestra. Probablemente, en términos de víctimas o pérdidas de vidas humanas en todo Oriente y el planeta, a causa del estallido o los fallos sufridos por las tres centrales nucleares de Japón, supere enormemente lo ocurrido en Chernobil, Hiroshima y Nagazaki.

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