Especialista en recursos naturales
P. Profesor, ¿Podría explicarnos lo que está pasando en Rusia y el norte del continente asiático, con los incendios forestales, la mortalidad y las olas de calor?

R. A pesar de que las evidencias son tan claras y de que el grupo de expertos en cambios climáticos de Naciones Unidas, lo han demostrado de mil maneras, todavía hay quienes se resisten a aceptar la realidad que está viviendo el planeta con relación a los cambios climáticos. Los fenómenos que están experimentando Rusia y los territorios del continente asiático que circundan el polo Norte, son realmente escalofriantes. Nunca antes se habían registrado niveles de temperatura como los actuales, donde los picos promedios más altos ya sobrepasan los 8°C y las muertes a causa de las olas de calor, han pasado de 350 a 700 personas diarias.

Sí, se trata de una muerte en masa, pero silenciosa, porque a nada se les pueden endilgar las causas. Ya Europa vivió una situación similar en el 2003, cuando perecieron 53,000 personas a causa de las olas de calor, llegándose a registrar picos de temperaturas de 54°C, donde los promedios más altos eran de 43°C. De igual manera, los devastadores incendios forestales que han cubiertos superficies inimaginables, también son el resultado normal de las olas de calor que azota todo el septentrión asiático.

La humanidad observa perpleja la circulación de barcos comerciales al norte del continente asiático, algo jamás soñado, porque la masa de hielo que circunda al polo Norte, jamás lo había permitido. Ahora, con el calentamiento global, ya la banquisa de hielo ártico se ha adelgazado a niveles increíbles. Su fragmentación y desaparición ha iniciado un proceso aparente de no retorno. Groenlandia ha perdido el 30% de su cubierta de hielo y los osos polares, que no pueden vivir en tierra firme, ya comienzan a tener dificultades para su supervivencia, no por la cacería indetenible que practican sus moradores y el mercado internacional, sino por la falta de las extensas superficies congeladas que siempre le sirvieron de hábitat.

Pero estos fenómenos, aunque concatenados, se observan por separado en diferentes puntos del planeta y por lo tanto, dificultan tener una cuadro concreto de la realidad. Cuando desaparezca el permafrost, el ecosistema más extenso del planeta y que cubre a toda la Siberia, más grande que toda Europa, probablemente, será el signo final de que el Ser Humano, si tenía poder para arruinar su hermosa morada terrícola.