Especialista en recursos naturales
P.- Profesor, en esta Semana Santa observamos varios reportajes escritos y televisivos sobre áreas rescatadas del Cinturón Verde de Santo Domingo y pensábamos que con todas las denuncias de depredación que durante años escuchamos, ya no quedaba nada de importancia de los recursos naturales que justificaron su creación en la década de los años 90 del siglo pasado. Nos preguntamos ¿realmente queda algo de valor de lo concebido originalmente para garantizarle un entorno verde a la capital dominicana?

R.- Afortunadamente la respuesta es afirmativa. Claro, muy depredado y apenas son retazos, parchos  o tramos la herencia de 17 años de existencia del Cinturón Verde, pero esta Semana Santa demostró que todavía quedan elementos valiosos rescatables. La multitud de personas bañándose en el Cachón de la Rubia habla de la recuperación de su esplendor y de una leyenda que revive. Las visitas masivas a Laguna Manatí y sus vecinas La Flamenca, La Enea, Alejandro, Mata Mamón, Los charquitos y Rincón de Clara), confirman una opción de primera calidad para disfrutar de paisajes de increíble belleza natural.

Los recorridos en botes y embarcaciones por el curso principal del rio Ozama hasta el Mar Caribe, las caminatas por los bosques de galería y las ciclorutas abiertas a lo largo o paralelas a este rio, nos indican que allí todavía existe un mundo de potencialidades recreativas y ecoturísticas. Pero lo que nadie podría pensar es que a la orilla de esta gran urbe capitalina, pudiese apreciarse el espectáculo indescriptible que escenifican permanentemente las gallaretas, patos, carraos, jicoteas y guinchos en las Lagunas Dulce y Azul, actualmente habilitadas para la visitación.

Las labores de rescate del Cinturón Verde impulsadas por el Ministerio de Medio Ambiente y Recursos Naturales se extienden al parque lineal de Los Tres Brazos; a la Islita de la Esperanza (confluencia Ozama – Isabela); al Parque Ecológico de Las Malvinas; al entorno ribereño del Parque Zoológico Nacional e Isabel Villas; al Parque de Las Investigaciones de Pantoja; al Parque Mirador del Oeste, desde Manoguayabo hasta el Puerto de Los Bajos de Haina, pasando por las Ruinas de Engombe; a la playita Fray Antón de Montesinos; al Parque Ecológico del Cachón de San Isidro y al conjunto de balnearios del Parque Mirador de los Ojos de Las Américas.