P. Profesor, ¿cuál es la diferencia entre el Plan de Ordenamiento Turís- tico del Ministerio de Turismo y la propuesta de la UASD y la Acade- mia de Ciencias para el desarrollo de Bahía de Las Águilas?

R. En cuanto al uso del espacio, que es el meollo del asunto, hay una coincidencia total, sorprendente e increíble. Es como si previamente se pusiesen de acuerdo. Ambos documentos técnicos plantean un desarrollo turístico fuera del área protegida, con las facilidades y logística necesarias para el pleno aprovechamiento de Bahía de las Águilas.

Sin embargo, en cuanto a la forma, hay detalles que sí difieren, aunque no son contrapuestos.  El Plan de Ordenamiento Territorial Turístico de Pedernales es un documento acabado, basado en la realidad de campo, levantada por un equipo profesional especializado en el uso urbanístico y turístico del espacio. Todo el territorio entre La Cueva y Pedernales está dividido en unidades ambientales que armonizan con su vocación natural y para cada una hay una normativa o un ordenamiento de qué hacer y cómo hacerlo. Técnicamente es un documento inobjetable. Ahora bien, la propuesta de la UASD y la Academia de Ciencias es holística, global y orientada a un doble propósito: garantizar la integridad de Bahía de las Águilas en el tiempo y el espacio, como el imán o el anzuelo de atracción, cual perla preciosa que todo el mundo puede contemplar y disfrutar, pero dejándola allí y sin desfigurarla, mientras que, paralelamente, fuera del espacio protegido se teje y se promueve un mundo de actividades, facilidades y políticas de desarrollo que involucran directamente a moradores locales, inversionistas y entes reguladores estatales. Es decir, el Plan Ministerial Turístico es algo concreto y centrado en el espacio físico, respondiendo directamente al desarrollo turístico ordenado. Tiene fuerza de ley porque su oficialización nace de una ordenanza del organismo oficial competente. La propuesta UASD-Academia precede a la acción ministerial, es abierta y flexible para adaptarse a la realidad, para proteger lo que es preciso conservar y usar lo que es factible de desarrollar. En la propuesta académica, la minería en la zona se reubica o desaparece, por su factor perturbador (polución) y su pírrico aporte al desarrollo social y económico, de pocos empleos, sucios y empobrecedores históricamente. El turismo es todo lo contrario. El puerto minero se transforma en turístico y atractivo para los cruceros que  tocan a Montegobay y Haití.

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