CONSULTORIO ECOLÓGICO

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Especialista en recursos naturales
P. Profesor, con la cantidad de casas inundadas y las familias socorridas o desplazadas que acaba de anunciar la Comisión Nacional de Emergencias (COE) que provocaron las primeras lluvias de este año en la ciudad de Santiago de los Caballeros, nos da a entender que las lecciones aprendidas con Noel y Olga, hay que repasarlas ¿No le parece que ya hay suficientes elementos para reducir a su mínima expresión los riesgos por avenidas e inundaciones que el Yaque del Norte pueda significar para la capital del Cibao?

R. Cuando el Centro de Operaciones de Emergencias (COE) anunció el pasado 12 de abril que se iba a desaguar la presa de Tavera y que se harían evacuaciones preventivas de los moradores de las márgenes del Yaque del Norte en Santiago y luego vimos que las internas (presas) de la cárcel de Rafey tuvieron que ser trasladadas; nos pareció que estábamos ante una reedición de la pesadilla que vivió La Joya, Bella Vista y Nibaje con las tormentas de Noel y Olga.

Gracias a Dios las cosas no pasaron de allí, pero todo ello, sumado al desbordamiento del Arroyo Arenquillo en Villa González, una fuente de agua que la mayor parte del año permanece seca o con su cauce empedrado, nos habla de que Santiago de los Caballeros y los poblados del Bajo Yaque del Norte siguen siendo “zonas rojas” ante los riesgos que entrañan los cambios climáticos y que de por medio, no solo está la agricultura o la ganadería, sino, bienes y vidas humanas, que no deben estar expuestas a eventualidades que no son fortuitas, porque ya se conoce que vendrán sí o sí, porque están por la ruta normal del principal río de la República Dominicana y éste no tiene otra vía alternativa para llegar a su destino (la bahía de Monte Cristi).

Creo como usted que Olga y Noel nos brindaron suficientes elementos para conocer la psicología y sobre todo, la conducta del Yaque del Norte ante períodos prolongados de lluvias intempestivas en su cabecera, por lo que ya es hora, no solo de hacer un perfil de su personalidad ante cualquier evento meteorológico de igual naturaleza, sino de aplicar la medicina preventiva para que no tengamos que lamentarnos en lo adelante por algún comportamiento anormal impulsado por un ciclón o un huracán como los que suelen presentarse entre junio y noviembre en esta zona del Caribe.

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