CONSULTORIO ECOLÓGICO

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P. Profesor, ahora son los manantiales del Cachón de la Rubia lo que está en peligro, se ha propuesto trasladar las familias de La Barquita hacia allá Pero si se trata de un área protegida, de lo poquito que queda del Cinturón Verde, ¿a quién se le ocurre pensar urbanizarlo?

R. Hay cosas que no tienen explicación, que resultan absurdas o no tienen explicación siguiendo la lógica de los asentamientos humanos. El Cachón de la Rubia no solo es un manantial, es un “santuario de la naturaleza”, un recinto ecológico que data desde los tiempos coloniales.

No entendemos de dónde pudo haber surgido la propuesta, pero seguro que no puede ser de la Oficina de Ordenamiento Territorial del Ministerio de Economía, Planificación y Desarrollo, que es la instancia a la que fue reducida el anterior Consejo Nacional de Asuntos Urbanos, cuya ley le encomendaba precisamente, el “cuido y protección” del Cinturón Verde de Santo Domingo.

Urbanizar el Cachón de la Rubia, más que un acto de injusticia y de desprecio por los espacios verdes urbanos de mayor calidad que aún se resguardan en el Municipio de Santo Domingo Oriental, sería un crimen incalificable contra la naturaleza y un atentado contra los bienes de mayor valor que posee como “activo” el Gran Santo Domingo.

Hay que ser un desconocedor de la lucha que se ha librado desde el mismo Estado dominicano para salvar estos manantiales históricos, que tanto valor y leyendas se han tejido a su alrededor. La primera prueba de fuego del CONAU fue el desalojo de 12,000 familias que organizadamente invadieron este espacio tan singular en 1994 y en plena campaña electoral, el propio Presidente de la República ordenó el desalojo.

El Ministerio de Medio Ambiente y Recursos Naturales, que debía estar de pie defendiendo los espacios naturales puestos bajo su resguardo, retiró 50,000 toneladas de basura del entorno del Cachón de la Rubia durante los meses de febrero, marzo y abril de 2009, para luego establecer el “Bosque de la Juventud” en los remanentes forestales y construir el “Bosque de la Mujer”, plantando árboles de especies nativas y endémicas que tienen nombres femeninos.

Estos esfuerzos todavía están allí, coronados por el realismo y el esplendor que se abre a los ojos de cualquier visitante. Entonces, ¿cuál “genio inteligente” puede intentar sepultar bajo el cemento y la varilla estas hermosas y cristalinas fuentes de agua?

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