Especialista en recursos naturales
P. Profesor, usted que tanto nos habla sobre seguridad alimentaria debe estar enterado de la urbanización galopante que coloca bajo el asfalto los mejores suelos del país para la agricultura, tanto en San Francisco de Macorís como en La Vega, ¿será que esta barbaridad no le preocupa a ninguna autoridad? ¿qué se puede hacer para detener esta irracionalidad?

R. Pero este problema de la especulación inmobiliaria, donde los suelos agrícolas no pueden competir jamás con el suelo urbanizable, no solo está ocurriendo en San Francisco y La Vega; en estos momentos está pasando lo mismo en Moca, que no para de crecer horizontalmente, Villa Tapia, Salcedo, Tenares, Conuco, Ojo de Agua, Licey, Quinigua, Villa Gonzales y tantos espacios de suelos con excelente vocación agrícola.

Si yo tuviese autoridad suficiente o don de mando, declararía los suelos de Moca – Cayetano Germosén – La Vega – Villa Tapia – Salcedo – Tenares – Macorís… como «Bienes patrimoniales de la República Dominicana destinados exclusivamente a la producción de alimentos». Como se trata de los mejores suelos del mundo para la agricultura, muy escasos (menos de un 1% del territorio nacional) y en un espacio insular, pediría a la UNESCO crear una categoría o una figura especial donde se declare esta porción del Valle del Cibao, como «Sitio del Patrimonio Mundial y la Seguridad Alimentaria», para que a nadie jamás se le ocurra construir una calle, carretera, o una casa más.

Es más, si yo fuera Presidente pensaría seriamente en trasladar a Moca para Villa Trina, San Víctor y Jamao, para dedicar tantos suelos con más de un metro de profundidad a la producción de plátanos, yuca, yautía y batata entre tantos rubros agrícolas que nos inspiran confianza de cara al porvenir. ¡En serio!, ha llegado el momento en que a alguien le duela esta insolencia que estamos cometiendo contra la tierra y en contra de nuestros hijos. No se puede permitir que esta inmensa riqueza natural siga siendo sepultada por la varilla, el cemento y el asfalto. ¡Será que estamos ciegos!

Pero, lamentablemente, falta la voluntad política y una conciencia de nación para poner en práctica o darle cumplimiento a los preceptos constitucionales (2010) y al mandato de la Ley Ambiental del país (2000) que ordenan a los ministerios de Planificación Economía y Desarrollo y Medio Ambiente y Recursos Naturales la elaboración de la Ley sobre Ordenamiento Territorial.