CONSULTORIO ECOLÓGICO

CONSULTORIO ECOLÓGICO

Eleuterio Martínez

R. El botánico más prominente, de origen extranjero, que a todo lo largo de la historia ha realizado los mayores aportes para el conocimiento de la biodiversidad florística originaria de La Hispaniola.

Son muchos los naturalistas extranjeros que han contribuido al conocimiento de las riquezas botánicas de este tesoro natural que flota en el Océano Atlántico, pero ninguno reúne más méritos que Erik Ekman.

Este señor, nacido en Suecia (1883), desde jovencito recorrió la Argentina y parte de Europa, hasta que salió becado hacia Brasil con la encomienda de su mentor o padrino científico (I. Urban), de pararse por un mes en Cuba y 8 en La Hispaniola, realizando colecciones botánicas que le ayudaran a terminar su obra: «Flora Domingensis».

Ekman era un hombre de ciencias y un trabajador incansable. Por esos azares de la vida, cuando venía hacia acá (1914), durante su escala en La Habana, estalló la Primera Guerra Mundial y luego un levantamiento guerrillero en Haití (puerta de entrada a La Hispaniola), eventos que lo mantuvieron varado por 10 años, tiempo suficiente para recorrer palmo a palmo la geografía cubana, recolectando 19,212 números y 50 mil ejemplares; de éstos, alrededor de 1000 especies y 25 géneros nuevos para la ciencia.

En 1924 llegó a esta isla, entrando por Haití, donde permaneció cuatro años explorando y colectando muestras, hasta que llega a Dominicana en 1928 y tres años después, una fiebre palúdica y neumonía acabaron con su vida, el 15 de enero de 1931.

En la Isla española logra recolectar 16,500 números y 50 mil ejemplares, incluidas unas mil especies y 30 géneros nuevos para la ciencia. En 17 años de duros trabajos, Ekman recolectó 35,712 números, compilando unos 100 mil ejemplares, 2000 especies nuevas para la ciencia, con 55 géneros nuevos.

Difícilmente aparezca un hombre de ciencias sin recursos (vivía con un dólar diario para comida, alojamiento, medicina y ropa), haya realizado hazaña igual o parecida. Pero lo más digno de recordar de este insigne botánico fue su amor desmedido por esta isla y su entrega a las ciencias naturales (también realizó colecciones ornitológicas y herpetológicas). La Academia de Ciencias de la República Dominicana y el Jardín Botánico Nacional, entre otras instituciones, honran su memoria en este 83 aniversario de su partida, con varios actos, como la proyección del documental: «Ekman, Reconocido pero Desconocido».

Publicaciones Relacionadas

Más leídas