CONSULTORIO ECOLÓGICO

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Especialista en recursos naturales
P. Nuevamente se enarbola la necesidad de la construcción de la Carretera Cibao – Sur y esta vez, se presenta una “fórmula salvadora de la ecología”: 50% túneles, 50% carretera, ¿qué garantía existe de que los túneles no  afectarán el tesoro ecológico más valioso de la Cordillera Central, las fuentes de agua que sostienen la vida de la República Dominicana y Haití?

R. Ninguna. Este planteamiento resulta ser sumamente curioso y hasta muy atractivo para los que quieren estar bien con Dios y con el Diablo. La fórmula 50 – 50 como usted señala, puede ser la receta adecuada y la vía más expedita para tratar de vender las bondades de un proyecto que la sociedad dominicana viene rechazando hace 30 años. Es muy probable que los jóvenes de hoy no sepan que a finales de los años 70 y comienzos de los 80 del siglo pasado se dio uno de los debates ambientales más grande en el seno de la sociedad dominicana, en torno a un proyecto que ponía en peligro la integridad física y los valores ecológicos esenciales del principal sistema montañoso de la isla, la Cordillera Central, la “madre de las aguas”.

Existen dos hechos históricos que realmente le dieron origen al movimiento ambientalista dominicano: el “Proyecto de los Lodos Cloacales” que una empresa norteamericana ideó para traer lodos de los sanitarios desde Atlanta – Estados Unidos, para abonar la gran llanura de Oviedo y el “Proyecto de la Carretera Cibao – Sur” impulsada por el propio Presidente de la República de entonces, Don Silvestre Antonio Guzmán Fernández. Esas fueron las primeras pruebas de fuego que levantaron la dignidad nacional e impulsaron la formación de los grupos ecologistas a nivel nacional. Ayer como hoy, no hay la más mínima garantía de que un proyecto vial que atraviese el corazón de la Cordillera Central, no cause impactos ambientales irreparables al sistema hídrico nacional y sobre todo a la biodiversidad que caracteriza la isla de Santo Domingo.

 Con solo pensar que esta carretera atravesará las dos arterias fluviales más importantes de la República Dominicana (Cuenca Yaque del Norte – Cuenca Yaque del Sur), las cuales garantizan la producción de 2/3 partes de los alimentos que demanda la sociedad dominicana, es para ponerse a reflexionar en las bondades de un proyecto tan lesivo como es la incisión de una vía por el mismo centro de la cordillera y los parques nacionales Armando Bermúdez, Nalga de Maco y José del Carmen Ramírez.

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