Consultorio Ecológico

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P. Profesor, los camiones areneros están de huelga en la autopista Duarte, presionan a Medio Ambiente para que les permita seguir explotando el río Yuna ¿a usted, qué opinión le merece?

R. Un problema eminentemente técnico no se resuelve con huelgas. Mal haría el Ministerio de Medio Ambiente y Recursos Naturales en permitir que le sigan destruyendo el río Yuna, un patrimonio de la nación, para satisfacer intereses particulares.
La mejor forma de gobernanza que tiene una sociedad y sobre todo de educación, es imponer el imperio de la Ley, por encima de cualquier conveniencia o interés que pueda tener algún sector de la misma, por más influyente que sea.

Jamás el interés particular puede imponerse al interés común, porque a la larga, el perjuicio se reparte entre todos por igual. El interés particular es positivo y legítimo, porque es un derecho que le asiste a todo ser humano, pero siempre debe estar supeditado al interés de la mayoría, pues ese es el sentido supremo de la democracia, al cual nos hemos acogido y está demostrado que en justicia, es el que mayores beneficios ha aportado a la humanidad.

La posición del Ministerio de Medio Ambiente es correcta y responsable a la vez, pues la destrucción de las márgenes del río Yuna mantiene a la ciudad de Bonao al borde de la catástrofe. Desde Los Quemados hasta Hato Viejo, que es el lugar donde irresponsablemente se ha estado permitiendo realizar una extracción volumétrica y apartada de todo criterio técnico, este río ha perdido su gobernanza, pues se escurre y transporta su caudal al mismo nivel que las llanuras del valle de Bonao, pudiendo provocar que el mismo pueda sepultar a toda la ciudad ante cualquier ciclón o temporada de lluvias intensas y prolongadas como suele ocurrir.

Lamentablemente nunca vemos más a allá de nuestras narices. Los camioneros están obnubilados en obtener beneficios, sin saber el daño que le causan a la sociedad como un todo. Es el momento para que busquemos la alternativa técnica viable o más idónea, para que no sigamos destruyendo el segundo río más importante del país en términos de caudal y el que más contribuye a la soberanía alimentaria a la cual se aproxima el país, por la alta productividad de los suelos que son irrigados con sus aguas.

Ante este conflicto, son los técnicos y la Ley 64-00, quienes pautan los pasos a seguir.

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