Consultorio Ecológico

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Eleuterio Martínez

P. Profesor,¿qué opina usted del ataque de una plaga que está atacando los pinares de la Cordillera Central?

R. Nada nuevo hay bajo el Sol. El ataque de esta plaga de un insecto que se come la corteza del pino hasta su muerte, no aparece por primera vez en los bosques de coníferas dominicanos, sino que siempre ha estado ahí y solo hace epidemia o ataques masivos bajo determinadas condiciones climáticas que favorecen su desarrollo.

El Ipscalligraphus, que es el nombre técnico del insecto que ataca los pinares dominicanos, es una plaga endémica o que se mantiene latente en las extensas poblaciones de coníferas y solamente hace crisis cuando se presentan eventos climáticos extremos, particularmente de prolongadas sequías, como es el caso que se está dando en la vertiente norte de la Cordillera Central.

El brote del ips que está ocurriendo en La Sierra, particularmente en San José de las Matas, Monción, Santiago Rodríguez y en otras plantaciones (mayormente artificiales), no representan un mal desconocido, pues el mismo Plan Sierra, el proyecto de desarrollo más ambicioso y más exitoso del país emprendido en las zonas cordilleranas, ha enfrentado varias crisis de esta naturaleza, muy especialmente en su “parcela natural experimental de la Celestina”, utilizada como laboratorio para sus emprendimientos en el campo forestal.

Lo que se ha hecho hasta el presente para controlar el avance de esta plaga, es lo correcto, tratar de aislar técnicamente o más bien, delimitar los espacios más afectados, hacer una profilaxis o extraer los árboles enfermos con mucho cuidado y quemarlos ahí mismo, pues si se extraen y se arrastran, se contribuiría a diseminar este insecto y a facilitar su propagación hacia espacios libre de la plaga en ciernes.

Como es algo conocido, que se sabe que el problema aparece por el estrés hídrico prolongado, que los cambios globales del clima están potencializando con los extremos de sequía – humedad, que se conoce hasta cierto punto la conducta o comportamiento del insecto en las condiciones que les favorecen y sobre todo, que el país posee expertos o especialistas en este campo y con competencias para hacerle frente a este mal, la sociedad dominicana puede estar tranquila con las acciones encaminadas al presente.

Seguir el librito que dominan muy bien los técnicos del Ministerio de Medio Ambiente y el propio Plan Sierra, es todo lo que se puede hacer, pues nadie gobierna a la naturaleza.

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