Consultorio Ecológico

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Eleuterio Martínez

P. Profesor, ahora la amenaza se cierne sobre el Parque Mirador del Sur ¿qué le parece la reacción de la opinión pública al anuncio de su posible reducción para facilitar el flujo vehicular por la avenida Anacaona?

R. La respuesta ha sido oportuna y contundente. La integridad del Mirador Sur no puede ser malograda. Este espacio verde es un seguro de vida y la mejor terapia contra la agresión citadina al solaz y al derecho de la ciudadanía a disfrutar de la naturaleza.
Es un sí a la vida y demuestra que la sociedad está consciente que tener más torres rascacielos y más automóviles, no necesariamente significa mejor calidad de vida y que implícitamente, el árbol sigue presente en el imaginario colectivo, como principal referente y protagonista del paisaje, de la amenidad y el esparcimiento.
¿Cómo sería la capital dominicana sin este pulmón verde, sin el Centro Olímpico o la Plaza de la Cultura? Ya no quedan espacios para ampliar el verde y por lo tanto, cualquier propuesta de seguir menguando lo poquito que tenemos, jamás encontrará la aprobación o el visto bueno popular.
No hay dudas de que el mayor acierto que ha tenido gobierno alguno, en la búsqueda de crear un entorno saludable y de calidad para la capital dominicana, ha sido la Creación del Cinturón Verde de Santo Domingo, cuyo propósito fue la conservación de los ríos Ozama, Isabela, Haina y todas las fuentes hídricas que bañan y refrescan esta Gran Urbe Citadina.
Los hechos son los referentes de la historia y ante ellos, la razón resulta evidente. Todo el verde que posee el Gran Santo Domingo, se sintetiza en la serie de parques miradores: Mirador Sur (1970); Mirador del Este (1974), más los Tres Ojos y la avenida Ecológica; Mirador del Norte (1992) y finalmente, el Cinturón Verde (1993).
La fase intermedia la ocupan el Conservatorio Nacional de Música, la Plaza de la Cultura, el Centro Olímpico, el Jardín Botánico, el Parque Zoológico y el Acuario Nacional y todos, absolutamente todos los construyó el mismo presidente.
Siendo así las cosas, no creemos que exista autoridad moral para proponer la reducción del Parque Mirador Sur o la del Mirador del Este, las dos primeras grandes obras verdes del presidente Balaguer, sin que ahora le acompañe la creación de otra de igual magnitud o que medie un compromiso para conservar este legado para nuestra casa grande: la capital dominicana.

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