P. Profesor,una vez más se anuncia la limpieza del Río Ozama, la triste canción que escuchamos en todos los períodos de gobiernos que hemos visto en lo que va de este siglo, ¿a usted qué le parece?
R. Como hombre de fe, más que optimista, sé que más temprano que tarde, ese momento llegará, pues no es posible que tanta riqueza fluvial – natural, paisajística, ecológica, histórica, cultural y turística, nos enrostre nuestra insensibilidad cada vez que miramos la Gran Ría del Ozama que impoluta, vio nacer la capital dominicana y hasta ahora sus habitantes nos hemos mostrados indiferentes ante su progresiva degradación, menoscabo y colapso total.
Pero se asoman luces de esperanza; ya está en el puerto de Sans Soucí el “Interceptor 004”, una de las cuatro embarcaciones que existen en el mundo concebida por la entidad TheOceanCleanup, para la recolección y disminución de la contaminación plástica de ríos, costas y mares. La misma estará colocada sobre las aguasdel río Ozama para eliminar los plásticos que arrastra la corriente y evitar que lleguen al mar Caribe.
Su llegada al país fue posible gracias a un acuerdo tripartito entre el Ministerio de la Presidencia, el Programa de las Naciones Unidas para el Desarrollo (PNUD) y The OceanCleanup, con el apoyo de la embajada de Reino de los Países Bajos. Este equipo que será operado por la Armada Dominicana, tiene la capacidad de extraer 50 mil kilogramos de basura por día, pudiendo llegar a los 100 mil kilogramos en condiciones optimizadas, según se ha indicado.
Particularmente esta noticia me llena de satisfacción, pues desde 1993 estoy trabajando y proclamando que el Río Ozama y su principal tributario, Río Isabela, son dos activos fijos de la extraordinaria riqueza natural, ecológica y paisajística que Santo Domingo tiene por herencia, cuyas potencialidades son inconmensurables y que unidas a la Zona Colonial, “Patrimonio de la Humanidad”, reconocida por la UNESCO, puede ser una fuente de bienestar y orgullo para todos los citadinos de esta primera urbe de las Américas.
Si esta operación resulta exitosa, será la puerta grande que se abre al turismo de cruceros y a los ojos del mundo, para contemplar la belleza inconmensurable de la naturaleza amerindia que todavía se conserva en el Parque Nacional Humedales del Ozama, cuya principal vía de acceso, es precisamente el Río Ozama, con 35 kilómetros navegables, más 15 del Isabela.