CONSULTORIO ECOLÓGICO

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Especialista en recursos naturales
Profesor, nos parece simplista su respuesta con respecto a las concesiones mineras y sus beneficios para el país; pues en todas partes del mundo se dan concesiones para aprovechar recursos del subsuelo, que de no aprovecharse permanecerían sepultados sin dar ningún beneficio; ¿podría aclararnos mejor su preocupación?

R.  Nuestra preocupación reside en que la minería es un negocio de capar perros, como dice la sabiduría popular. Excelente en apariencia, pero trágico en la realidad. Las riquezas reales con que cuenta nuestro país para garantizar el sustento de su población y las oportunidades de desarrollo, no pueden hipotecarse a largo plazo a cambio de unas operaciones a corto plazo, por más ventajosas que resulten en apariencia. 

Es cierto y resulta lógico que debemos aprovechar unas riquezas que tenemos bajo tierra, máxime cuando se pueden resolver tantos problemas con los recursos aportados. La minería resulta sumamente “rentable” y a corto plazo, porque se trata del aprovechamiento de unos activos que solo hay que desempolvar; pero ¡qué onerosos resultan los pasivos que generan a largo plazo!

A la minería le interesan los activos, no los pasivos. Una vez agotados los activos, no hay mecanismos reales que obliguen (voluntariamente nunca se hace) a pagar por los pasivos. Insistimos que el agua no solo es vida, sino “el oro de la humanidad”.  Ninguna mina resulta más rentable para la República Dominicana que el Río Yuna, pues sus aguas (el mineral más precioso) constituyen la mayor garantía para alimentar la población dominicana.

Las cosas de la naturaleza son así, en esta cuenca ubicada en el mismo corazón del país, no solo se genera el líquido que satisface las necesidades vitales de la nación, sino las mayores reservas de oro, plata, níquel, hierro, cobalto, cobre… y otros metales que desatan las ambiciones de los mayores capitales del mundo.

Pero por más dólares que aporten la Barrick, Falconbridge, Cerro Maimón y las homólogas que pretenden bailar en esta fiesta, probablemente no le alcanzarán al país para revivir al Yuna cuando quede en “estado de coma”, si no se toman las previsiones pertinentes.

La minería no es ni nunca será sustentable (son recursos irreponibles). Lo más que se puede lograr es una práctica responsable, donde el Estado, el único y verdadero dueño de los activos,  garantice un juego limpio, para que al final del partido, si el país no gana, por lo menos asegure un empate.

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